Ahora a votar para Senador...
Se terminó la encuesta donde dió ganadores a Hernán López con el 53% la interna del Frente Progresista y a Stella Clérici en el Peronismo con el 67%.
Ahora veamos como puede llegar a salir la elección a Senador Provincial.
Saludos!!!!
Ahora veamos como puede llegar a salir la elección a Senador Provincial.
Saludos!!!!
Garré degrada a Villar, ese “buen policía”
Corrían los días de junio de 1973. Era el gobierno de Cámpora. Que tenía un joven ministro del Interior de nombre Esteban Righi. Hasta el de Alfonsín, el gobierno del doctor Cámpora fue el más democrático de la historia argentina. Para la derecha, el más peligroso, el más caótico, el más subversivo. La democracia siempre tiene algo, no de caótico, pero de fervoroso dinamismo. La libertad, al poder ser ejercida por todos, colisiona en conflictos y armonías, y hasta con frecuencia en antagonismos. El doctor Righi era un hombre que apenas si había pasado los 30 años. Dio su discurso ante un centenar de comisarios de la Policía Federal. Todos pertenecían a la oscura época de las dictaduras que desde 1955 hasta 1973 habían proscripto al movimiento mayoritario del país y a su líder, que se encontraba exiliado. Todos fueron gobiernos ilegales. Aun los de Frondizi e Illia. Cuando uno se presenta a una elección en la cual una mayoría relevante, numerosísima, del país que ambiciona presidir no puede votar, está convalidando un acto fraudulento. No sé si el Illia que está haciendo durante estos días mi amigo Luis Brandoni se cuestiona esto, pero lo dudo, ya que en vida no lo hizo. Lo mejor que puedo decir de Illia es que posiblemente se propusiera –al fin de su mandato– permitir la inclusión del peronismo dentro de la institucionalidad electoral. Por eso lo tiraron abajo. Fue un golpe preventivo perfecto: si Illia permitía que el peronismo se presentara, el peronismo ganaría y quedaría trunco “el espíritu del 16 de septiembre”, como el general Toranzo Montero le reprochó a Lanusse cuando lanzó el Gran Acuerdo Nacional. No me gusta usar la palabra gorila, pero ¿cómo calificar a esta gente?
Righi dio el más ejemplar discurso de defensa de los derechos humanos que se hubiera pronunciado en la Argentina. Pero ni por asomo. Jamás. Nunca algo parecido se había llevado a cabo. Fue un discurso revolucionario. Lo dio con los comisarios Ferrazano y Vittani a su lado. Lo dio de pie y duró apenas diez minutos. He aquí algunos de sus pasajes trascendentes: “Dentro de la estructura de sometimiento que el pueblo padeció en los últimos años, las fuerzas policiales fueron puestas en un difícil papel. Esta realidad la conocen bien los hombres de la Policía, que han corrido todos los riesgos, que han debido hacer todos los sacrificios, en la primera línea de fuego, como brazo armado de un régimen cruel e inhumano. Encerrados dentro de las comisarías, y rodeados de vallas, fueron alejados del pueblo, sin desearlo ni buscarlo”. Righi no menciona que hay un adoctrinamiento policial, como lo hubo siempre en el Ejército. Y que ese adoctrinamiento –que es tenaz– lleva a los uniformados a creer que todo aquel que protesta es un enemigo del orden. Y que el orden al que ellos deben servir es el establecido, el de los poderosos. Además, cuando Righi da su discurso son los tiempos de la Guerra Fría. De modo que todo el que alzaba la voz contra el poder era un “rojo”, un “subversivo”. Righi tiene una audaz respuesta para eso: “Es habitual llamar a los policías guardianes del orden. Así seguirá siendo. Pero lo que ha cambiado, profundamente, es el orden que guardan. Y en consecuencia, la forma de hacerlo”. Se ha pasado del orden dictatorial al orden democrático. Guardar el orden democrático es muy distinto a guardar el orden dictatorial. Uno se guarda con la violencia, porque se basa en ella (su ilegitimidad lo obliga) y porque es fruto de su acción anticonstitucional. Una dictadura siempre toma ilegalmente el poder. Es violenta por naturaleza. El otro camino es la democracia. Righi hablaba desde la autoridad de un gobierno que había llegado con casi el 50 por ciento de los votos. Su voz era la de la legalidad institucional: “Un orden injusto, un poder arbitrario impuesto por la violencia, se guarda con la misma violencia que lo originó. Un orden justo, respaldado por la voluntad masiva de la ciudadanía, se guarda con moderación y prudencia, con respeto y sensibilidad humanas”. Y las palabras del ministro van ganando en densidad conceptual a medida que avanza: “Dije que la Policía tendrá nuevas obligaciones y quiero enumerar algunas de ellas. Tendrá la obligación de no reprimir los justos reclamos del pueblo. De respetar a todos sus conciudadanos, en cualquier ocasión y circunstancia. De considerar inocente a todo ciudadano mientras no se demuestre lo contrario. De comportarse con humanidad, inclusive frente al culpable. Mencioné también nuevos derechos. Los hombres de la Policía tendrán derecho a una retribución que les permita vivir con dignidad. A una vivienda que merezca ese nombre. A una efectiva protección para sí y para sus familiares, en el caso de incapacidad o muerte. De esta forma serán acompañados por el afecto del pueblo”. Importa señalar este aspecto: la búsqueda de una nueva relación entre policía y pueblo. ¿Qué prefiere un policía? Es el dilema de Maquiavelo: ¿qué prefiere el Príncipe? O también: ¿qué es lo que más le conviene? ¿Ser amado o ser odiado por el pueblo? No importa la respuesta de Maquiavelo. Creemos que a cualquier policía debería importarle más ser amado por el pueblo que temido. De aquí que Righi proponga uno de los pasajes más emotivos, más humanitarios, de su discurso: “En la Argentina nadie será perseguido por razones políticas. Nadie será sometido a castigos o humillaciones adicionales a la pena que la Justicia le imponga. La sociedad debe protegerse del delito, pero será ineficiente si no comienza por comprender que sus raíces no están en la maldad individual sino en la descomposición de un sistema que no ha ofrecido garantías ni oportunidades”.
Y, por fin, un texto que deberá figurar entre los más expresivos de la defensa de la dignidad humana: “Las reglas del juego han cambiado. Ningún atropello será consentido. Ninguna vejación a un ser humano quedará sin castigo. El pueblo ya no es el enemigo, sino el gran protagonista. Esa es nuestra convicción y nuestra mejor garantía. Seamos dignos de ella”.
La que no era digna de esta defensa de los derechos humanos era la derecha argentina. Siempre ahí, siempre erizada, siempre poderosa. Todos empezaron a decir que se preparaba el asalto definitivo a la Policía para reemplazar nuestra bandera por “el trapo rojo”. Frase con la que se aludía al comunismo. Era una torpeza deliberada. Y la preparación del “asalto definitivo” era el asalto al gobierno del doctor Cámpora, que sería desalojado por un golpe institucional conducido por el general Perón, ya de regreso en la patria y dispuesto a hacer cosas muy distintas de las que se esperaban.
Durante los días que corren, la ministra Nilda Garré se ha dirigido a la Policía con una serie de conceptos nuevos, basados en la nuevas de técnicas de control de conflictos dentro del marco humanitario. La ministra Garré forma parte del gobierno de Cristina Fernández. Aclaremos algo que el léxico de una derecha mentirosa y asalariada ha impuesto. Cristina Fernández no es el Poder. A ver si lo repetimos: si usted es un valiente periodista que sale a denunciar los “miles de millones” que esta administración se roba cada diez minutos, no está enfrentando al Poder. Lo está sirviendo. Cristina Fernández está al frente del Gobierno. No tiene el Poder. Tiene el aparato del Estado, pero sólo eso. El Poder está en otro sitio. Son las corporaciones económicas. El gran capital nacional y ultranacional que actúan juntamente con las más importantes bancas del mundo. Pero sobre todo con Wall Street. Es la Sociedad Rural, que concentra el poder de los dueños de la tierra, los grandes terratenientes que hicieron este país en base a sus intereses primarios. Son los grandes medios de comunicación: los diarios, las radios, los canales de televisión, las revistas, los opinólogos, los escritores de libros “anti-K”. Y, last but noy least, la embajada de los Estados Unidos. ¿Quién no conoce ese chiste? Que en Estados Unidos no hay golpes de Estado porque no hay embajada de los Estados Unidos. Ese es el Poder de la Argentina. Habitualmente siempre tuvo a su servicio al Ejército. No lo tiene ahora. Tampoco le resultará fácil un golpe de cualquier tipo, aun del tipo agro-cacerola como el de 2008. América latina ha conseguido una solidez de sus gobiernos democráticos que permitirá la acción conjunta de todos en caso de un golpe en alguno de ellos. Este gobierno, que está por una democracia con inclusión social y por la defensa de los derechos humanos, tuvo en la ministra Garré a una cruzada de esas causas. Encuadró la acción de la policía ante la protesta social. El proyecto es notable y acaso único en este continente. Ya habrá muchos que la estén acusando de preparar el “asalto rojo” que, al pasar de moda, deberá ser reemplazado por las condiciones para la penetración del enemigo “terrorista”, que no parece muy creíble. Luego, en un acto sencillamente conmovedor y de un gran coraje, Garré cambió los nombres de las Escuelas de Policía. Que la ministra de un gobierno quite a una Escuela de Policía el nombre de Alberto Villar a mí me conmueve. Acaso porque sé muy bien quién fue ese señor y sé que la brutalidad, la vejación y la tortura sin límites es lo único que podría enseñarse al amparo de su nombre. La paradoja fascinante de todo esto es que al torturador formado por la Escuela de la Doctrina Francesa de la Seguridad Nacional y por la Escuela de las Américas lo puso el general Perón al frente de la Federal, alegando que era “un buen policía”. Luego, policías con su mismo espíritu le pusieron su nombre a una escuela, para honrarlo. Ahora, Garré, peronista de pura cepa, quita el nombre del criminal paranoico que el viejo líder del movimiento había elegido para emprender una matanza clandestina de opositores políticos de izquierda. Como ya no se quiere matar a nadie, sino que se propugna una sociedad en que los conflictos puedan elaborarse dentro de la democracia, ese nombre va al tacho de los malos recuerdos. No el del viejo líder, por supuesto. Todos sabemos que estaba muy enfermo y apenas si tenía conciencia de las cosas que hacía. O eso se dice. Vaya a saber a quién pensó que nombraba al frente de la policía cuando lo nombró a Villar. Acaso al Cabo Sabino o a Vito Nervio. Pero nos abstendremos de dar nombres. Si algo de lo escrito ofende a los peronistas que hacen de Perón la reencarnación argentina de Jesucristo, que no sea así. Sería injusto. Precisamente señala la complejidad del Movimiento. Conozco a Nilda de los años ‘70 y era tan peronista como el que más. Y si hay que bajar el nombre de un asesino que puso el Viejo para matar “zurdos”, eso demuestra que el peronismo es una contradicción al rojo vivo, su verdad “es el delirio báquico en el que cada miembro se entrega a la embriaguez” (Hegel dixit). Y dentro de ese “delirio báquico”, dentro de ese gran relato fascinante y complejo, Perón no es el Todo, es un elemento más. Y, en su tercera etapa, una víctima del “delirio báquico”, que lo sobrepasa y lo lleva a morir sin solucionar nada.
Garré, en cambio, a Villar lo destituye. Ninguna escuela va a llevar el nombre del tipo que con una tanqueta rompió la puerta del Partido Justicialista en 1972 porque ahí velaban a los muertos de la Base Almirante Zar. Estos actos de este gobierno tienen una trascendencia difícil de mensurar. Lo único que uno sabe es que ningún otro los haría. Que jamás habría esperado ver estas cosas. Y que está preparado para ver otras. Righi no era un tonto ni un ingenuo. Sólo un adelantado.
Fuente: José Pablo Feinmann en la contratapa de Página del domingo 24 de abril de 2011
Righi dio el más ejemplar discurso de defensa de los derechos humanos que se hubiera pronunciado en la Argentina. Pero ni por asomo. Jamás. Nunca algo parecido se había llevado a cabo. Fue un discurso revolucionario. Lo dio con los comisarios Ferrazano y Vittani a su lado. Lo dio de pie y duró apenas diez minutos. He aquí algunos de sus pasajes trascendentes: “Dentro de la estructura de sometimiento que el pueblo padeció en los últimos años, las fuerzas policiales fueron puestas en un difícil papel. Esta realidad la conocen bien los hombres de la Policía, que han corrido todos los riesgos, que han debido hacer todos los sacrificios, en la primera línea de fuego, como brazo armado de un régimen cruel e inhumano. Encerrados dentro de las comisarías, y rodeados de vallas, fueron alejados del pueblo, sin desearlo ni buscarlo”. Righi no menciona que hay un adoctrinamiento policial, como lo hubo siempre en el Ejército. Y que ese adoctrinamiento –que es tenaz– lleva a los uniformados a creer que todo aquel que protesta es un enemigo del orden. Y que el orden al que ellos deben servir es el establecido, el de los poderosos. Además, cuando Righi da su discurso son los tiempos de la Guerra Fría. De modo que todo el que alzaba la voz contra el poder era un “rojo”, un “subversivo”. Righi tiene una audaz respuesta para eso: “Es habitual llamar a los policías guardianes del orden. Así seguirá siendo. Pero lo que ha cambiado, profundamente, es el orden que guardan. Y en consecuencia, la forma de hacerlo”. Se ha pasado del orden dictatorial al orden democrático. Guardar el orden democrático es muy distinto a guardar el orden dictatorial. Uno se guarda con la violencia, porque se basa en ella (su ilegitimidad lo obliga) y porque es fruto de su acción anticonstitucional. Una dictadura siempre toma ilegalmente el poder. Es violenta por naturaleza. El otro camino es la democracia. Righi hablaba desde la autoridad de un gobierno que había llegado con casi el 50 por ciento de los votos. Su voz era la de la legalidad institucional: “Un orden injusto, un poder arbitrario impuesto por la violencia, se guarda con la misma violencia que lo originó. Un orden justo, respaldado por la voluntad masiva de la ciudadanía, se guarda con moderación y prudencia, con respeto y sensibilidad humanas”. Y las palabras del ministro van ganando en densidad conceptual a medida que avanza: “Dije que la Policía tendrá nuevas obligaciones y quiero enumerar algunas de ellas. Tendrá la obligación de no reprimir los justos reclamos del pueblo. De respetar a todos sus conciudadanos, en cualquier ocasión y circunstancia. De considerar inocente a todo ciudadano mientras no se demuestre lo contrario. De comportarse con humanidad, inclusive frente al culpable. Mencioné también nuevos derechos. Los hombres de la Policía tendrán derecho a una retribución que les permita vivir con dignidad. A una vivienda que merezca ese nombre. A una efectiva protección para sí y para sus familiares, en el caso de incapacidad o muerte. De esta forma serán acompañados por el afecto del pueblo”. Importa señalar este aspecto: la búsqueda de una nueva relación entre policía y pueblo. ¿Qué prefiere un policía? Es el dilema de Maquiavelo: ¿qué prefiere el Príncipe? O también: ¿qué es lo que más le conviene? ¿Ser amado o ser odiado por el pueblo? No importa la respuesta de Maquiavelo. Creemos que a cualquier policía debería importarle más ser amado por el pueblo que temido. De aquí que Righi proponga uno de los pasajes más emotivos, más humanitarios, de su discurso: “En la Argentina nadie será perseguido por razones políticas. Nadie será sometido a castigos o humillaciones adicionales a la pena que la Justicia le imponga. La sociedad debe protegerse del delito, pero será ineficiente si no comienza por comprender que sus raíces no están en la maldad individual sino en la descomposición de un sistema que no ha ofrecido garantías ni oportunidades”.
Y, por fin, un texto que deberá figurar entre los más expresivos de la defensa de la dignidad humana: “Las reglas del juego han cambiado. Ningún atropello será consentido. Ninguna vejación a un ser humano quedará sin castigo. El pueblo ya no es el enemigo, sino el gran protagonista. Esa es nuestra convicción y nuestra mejor garantía. Seamos dignos de ella”.
La que no era digna de esta defensa de los derechos humanos era la derecha argentina. Siempre ahí, siempre erizada, siempre poderosa. Todos empezaron a decir que se preparaba el asalto definitivo a la Policía para reemplazar nuestra bandera por “el trapo rojo”. Frase con la que se aludía al comunismo. Era una torpeza deliberada. Y la preparación del “asalto definitivo” era el asalto al gobierno del doctor Cámpora, que sería desalojado por un golpe institucional conducido por el general Perón, ya de regreso en la patria y dispuesto a hacer cosas muy distintas de las que se esperaban.
Durante los días que corren, la ministra Nilda Garré se ha dirigido a la Policía con una serie de conceptos nuevos, basados en la nuevas de técnicas de control de conflictos dentro del marco humanitario. La ministra Garré forma parte del gobierno de Cristina Fernández. Aclaremos algo que el léxico de una derecha mentirosa y asalariada ha impuesto. Cristina Fernández no es el Poder. A ver si lo repetimos: si usted es un valiente periodista que sale a denunciar los “miles de millones” que esta administración se roba cada diez minutos, no está enfrentando al Poder. Lo está sirviendo. Cristina Fernández está al frente del Gobierno. No tiene el Poder. Tiene el aparato del Estado, pero sólo eso. El Poder está en otro sitio. Son las corporaciones económicas. El gran capital nacional y ultranacional que actúan juntamente con las más importantes bancas del mundo. Pero sobre todo con Wall Street. Es la Sociedad Rural, que concentra el poder de los dueños de la tierra, los grandes terratenientes que hicieron este país en base a sus intereses primarios. Son los grandes medios de comunicación: los diarios, las radios, los canales de televisión, las revistas, los opinólogos, los escritores de libros “anti-K”. Y, last but noy least, la embajada de los Estados Unidos. ¿Quién no conoce ese chiste? Que en Estados Unidos no hay golpes de Estado porque no hay embajada de los Estados Unidos. Ese es el Poder de la Argentina. Habitualmente siempre tuvo a su servicio al Ejército. No lo tiene ahora. Tampoco le resultará fácil un golpe de cualquier tipo, aun del tipo agro-cacerola como el de 2008. América latina ha conseguido una solidez de sus gobiernos democráticos que permitirá la acción conjunta de todos en caso de un golpe en alguno de ellos. Este gobierno, que está por una democracia con inclusión social y por la defensa de los derechos humanos, tuvo en la ministra Garré a una cruzada de esas causas. Encuadró la acción de la policía ante la protesta social. El proyecto es notable y acaso único en este continente. Ya habrá muchos que la estén acusando de preparar el “asalto rojo” que, al pasar de moda, deberá ser reemplazado por las condiciones para la penetración del enemigo “terrorista”, que no parece muy creíble. Luego, en un acto sencillamente conmovedor y de un gran coraje, Garré cambió los nombres de las Escuelas de Policía. Que la ministra de un gobierno quite a una Escuela de Policía el nombre de Alberto Villar a mí me conmueve. Acaso porque sé muy bien quién fue ese señor y sé que la brutalidad, la vejación y la tortura sin límites es lo único que podría enseñarse al amparo de su nombre. La paradoja fascinante de todo esto es que al torturador formado por la Escuela de la Doctrina Francesa de la Seguridad Nacional y por la Escuela de las Américas lo puso el general Perón al frente de la Federal, alegando que era “un buen policía”. Luego, policías con su mismo espíritu le pusieron su nombre a una escuela, para honrarlo. Ahora, Garré, peronista de pura cepa, quita el nombre del criminal paranoico que el viejo líder del movimiento había elegido para emprender una matanza clandestina de opositores políticos de izquierda. Como ya no se quiere matar a nadie, sino que se propugna una sociedad en que los conflictos puedan elaborarse dentro de la democracia, ese nombre va al tacho de los malos recuerdos. No el del viejo líder, por supuesto. Todos sabemos que estaba muy enfermo y apenas si tenía conciencia de las cosas que hacía. O eso se dice. Vaya a saber a quién pensó que nombraba al frente de la policía cuando lo nombró a Villar. Acaso al Cabo Sabino o a Vito Nervio. Pero nos abstendremos de dar nombres. Si algo de lo escrito ofende a los peronistas que hacen de Perón la reencarnación argentina de Jesucristo, que no sea así. Sería injusto. Precisamente señala la complejidad del Movimiento. Conozco a Nilda de los años ‘70 y era tan peronista como el que más. Y si hay que bajar el nombre de un asesino que puso el Viejo para matar “zurdos”, eso demuestra que el peronismo es una contradicción al rojo vivo, su verdad “es el delirio báquico en el que cada miembro se entrega a la embriaguez” (Hegel dixit). Y dentro de ese “delirio báquico”, dentro de ese gran relato fascinante y complejo, Perón no es el Todo, es un elemento más. Y, en su tercera etapa, una víctima del “delirio báquico”, que lo sobrepasa y lo lleva a morir sin solucionar nada.
Garré, en cambio, a Villar lo destituye. Ninguna escuela va a llevar el nombre del tipo que con una tanqueta rompió la puerta del Partido Justicialista en 1972 porque ahí velaban a los muertos de la Base Almirante Zar. Estos actos de este gobierno tienen una trascendencia difícil de mensurar. Lo único que uno sabe es que ningún otro los haría. Que jamás habría esperado ver estas cosas. Y que está preparado para ver otras. Righi no era un tonto ni un ingenuo. Sólo un adelantado.
Fuente: José Pablo Feinmann en la contratapa de Página del domingo 24 de abril de 2011
Von der Becke, el cañadense que juzgó a Perón y el hermano del primer dueño de la casa de Gaspar Campos.
Caído Perón en 1955 la dictadura comandada por Eduardo Lonardi, el presidente de facto que duró muy pocos meses y luego fue reemplazado por Pedro Eugenio Aramburu, ordenó la creación de un Tribunal de Honor que estuvo integrado por Juan Carlos Bassi, Víctor Jaime Majó, Juan Carlos Sanguinetti, Basilio Pretiñe y Carlos Von der Becke.
Después de años de gestiones la finalización de la obra del arroyo está asegurada
En la mañana del martes 19 de abril, la UTE (Milicic-Pitón) y el Estado Nacional, representado por la ingeniera Iris Josch, Directora de Planeamiento Hídrico de la Subsecretaría de Asuntos Hídricos de la Nación, realizaron la firma del contrato para la ejecución de la obra: Sistematización de Drenajes Superficiales en Cañada de Gómez.
El secreto club de la derecha que reúne a Carrió, Sanz y Martínez de Hoz
A cuatro cuadras del obelisco funciona un club, que algunos llamarían secta, y casi nadie conoce. No es religiosa, sino política. En Corrientes 671 se levanta un caserón estilo francés de dos pisos, con rejas negras, que esconde al club social más golpista y reaccionario del país. Aquí, hace 80 años, brindaron por la caída de Hipólito Yrigoyen, bendijeron el modelo agroexportador y festejaron todas las interrupciones democráticas posteriores.
El tradicional Círculo de Armas fue fundado en 1885 y sus mesas reunieron a nefastos personajes que colaboraron en la debacle nacional: desde el abuelo del actual diputado macrista, Federico Pinedo, hasta Julio Argentino Roca, José Alfredo Martínez de Hoz y Carlos Pedro Blaquier.
A escasos 100 metros, en Florida 460, tiene sus oficinas la Sociedad Rural Argentina, con la que comparte algo más que el vecindario. Los une la misma historia, valores y hasta fundadores. De hecho, al menos seis apellidos (Sundbland, Olivera, Mexía, Casares, Blaquier, Acosta) fueron presidentes de la entidad ganadera y fundadores del Círculo de Armas.
A simple vista, no llama la atención. No hay carteles ni placas. Sólo las iniciales doradas sobre una alfombra roja y el nombre de los arquitectos tallado en la pared.
Un joven de impecable traje oscuro baja las escaleras y antes de retirarse le devuelve una corbata celeste al hombre que custodia la puerta de entrada. Se la había prestado para ingresar. Él es el encargado de pedir el carnet a los socios. A los viejos conocidos, les hace una venia y los deja pasar. A los que no identifica, los detiene en la puerta y les pregunta el apellido.
El guardián, calvo y de punta en blanco, filtra quién entra y quién no al club donde se reúne lo más rancio y conservador de la sociedad porteña: desde militares retirados hasta embajadores, pasando por políticos en actividad y empresarios.
Aunque los diplomáticos que defienden las causas por los Derechos Humanos tienen el rechazo del Círculo garantizado: el ex embajador en Francia, Archibaldo Lanús, lo sufrió en carne propia cuando en 2004 le denegaron la admisión por colaborar con la justicia argentina al prestarle la sede de la embajada en París para tomar declaración a un acusado de delitos de lesa humanidad. En diálogo con este diario, Lanús los criticó duramente: “Pensaron que estaba cerca del gobierno de Kich-ner porque en ese momento había un auge por la reapertura de los juicios. Son momios y pobre gente que se escudan en el anonimato para expresar su resentimiento.” (ver recuadro).
“Sin traje y corbata aquí no se puede ingresar. Menos si no es socio”, repite una y otra vez el custodio de traje blanco.
Hay un código de vestimenta que respetar: saco y corbata en los salones principales, excepto para ir a las salas de deporte. Mujeres, abstenerse.
Si bien por teléfono informan que existen “nueve mesas para no socios y siete para socios” y que se puede almorzar de lunes a viernes, la realidad cambia cuando uno llega al lugar. Para cada reunión (más allá de ser socio) se debe concertar cita y reservar un espacio en los eventos.
“‘Debe haber una confusión. Aquí sólo pueden pasar al comedor los socios o gente que viene especialmente invitada por ellos. Y menos así vestido… hay que venir bien arreglado, de traje y corbata’, explica la gerenta del lugar”, aseguró a este cronista el hombre que hace de filtro.
En diálogo con Tiempo Argentino, un joven socio, que porta apellido ilustre y pide reservar su identidad, reconoce que el hermetismo de lo que sucede puertas adentro es total y explica la cuestión hereditaria: “Los hijos varones de cada familia heredan el título de socio, pero si resulta que el perfil no es conveniente para la reputación institucional, puede que no lo admitan y quede invalidada su membresía.”
Si bien oficialmente figura inscripta como una asociación civil sin fines de lucro dedicada a “servicios de organización, dirección y gestión de prácticas deportivas y explotación de las instalaciones”, en realidad cumple un papel más ideológico que recreativo.
De bajo perfil y camuflada bajo la práctica de la esgrima, el Círculo funciona como un núcleo duro del poder político y económico. Sus propios integrantes así lo confirman: “Es un club social, de reunión y lobby. Se organizan muchas reuniones de trabajo, sobre todo del sector agropecuario y con fines políticos”, confiesa otro socio que frecuenta sus pasillos. Y suele verse almorzando a gran parte del abanico opositor y a los popes del establishment local: por allí desfilaron Martín Redrado, Santiago de Estrada, Federico Pinedo, Ernesto Sanz, Enrique Olivera, Ricardo López Murphy, Elisa Carrió, Carlos Pedro Blaquier, Eduardo Constantini y Alejandro Bulgheroni.
La mayoría de estas figuras son invitadas a “intercambiar pareceres sobre los destinos del país y el mundo”, afirma la misma fuente.
El club tiene un fuerte sesgo machista: las mujeres sólo pueden ingresar como invitadas a ciertas reuniones y no se las acepta como socias. La decisión obedece a una raíz histórica: los Paunero, la familia fundadora, tenían un fuerte vínculo con la masonería de la época y estaban inspirados en la filosofía de los clubes ingleses, que eran exclusivos para caballeros.
Lo curioso es que a este particular club no le interesa tener nuevas afiliaciones. Cuenta con 300 adherentes y el estatuto fija un límite: “El tope es de 400 para mantener el perfil y la exclusividad que exige cada uno de ellos”, relata a Tiempo un miembro que brinda su testimonio a cambio de mantenerlo en el anonimato.
A pesar de que la historia oficial cuenta que el nombre Círculo de Armas responde a la práctica deportiva de esgrima, por lo bajo dos socios afirman lo contrario: “La mayoría de los fundadores eran generales y coroneles de las tres fuerzas, y hasta hoy muchos de ellos forman parte del club.”
Sea cual fuere el origen, ser miembro del Círculo es casi una misión imposible, ya que un severo proceso de selección se encarga de filtrar quién entra y quién no. Si alguien quiere hacerlo, además de estar en condiciones de pagar cerca de $ 700 mensuales, debe ser recomendado por cinco socios con antigüedad mayor a dos años, cuya solicitud será sometida a votación de todos los miembros. Previamente se exige enviar una carta de presentación dirigida al director. A partir de allí, se evalúa el ingreso.
Como lo hacían las viejas logias, y aquí otra vez se deja ver la influencia masónica, el procedimiento de selección es mediante bolillas blancas o negras. ¿Cómo funciona? Cada uno de los integrantes del círculo deposita su bolilla en relación con determinado solicitante. Si todas resultan blancas, el postulante es aceptado. Y por cada bolilla negra, el pretendiente debe lograr cinco blancas. Si no lo logra, es automáticamente rechazado. Todo esto ocurre bajo la estricta evaluación de los socios más antiguos.
El sectario club fundado por el abogado conservador Mariano Paunero, que cobija en sus filas a la derecha procesista del país, tiene actividades reducidas pero intensas: cuenta con una sala de juegos de azar donde hay mesas de paño y se juega a las cartas, sobre todo al póker. Cuentan los viejos tertulianos que el escritor Manuel Mujica Láinez perdía siempre y que “Julito”, el hijo del ex presidente Julio Argentino Roca, era un jugador empedernido. También se puede beber, disfrutar el sauna, comer, practicar squash, esgrima y hacer yoga. Es famoso, además, por contar con acuerdos de reciprocidad con los clubes más selectos del mundo.
Por sus alfombras pasaron el duque de Windsor, el escritor francés Anatole France, todos los Martínez de Hoz, Marcelo T. de Alvear, Roque Sáenz Peña y los recién mencionados Roca padre e hijo. Hasta lo visitaron el príncipe Guillermo Alejandro de Holanda y su prometida, la argentina Máxima Zorreguieta. Fueron a almorzar el jueves 8 de noviembre de 2001, tres meses antes de contraer matrimonio. El vínculo con la entidad lo habría generado el padre de la novia, Jorge Zorreguieta, ex secretario de Agricultura y Ganadería durante el gobierno militar de Jorge Rafael Videla.
El auge y desarrollo de la entidad coincidió con la puesta en marcha del modelo agroexportador que impulsó la Generación del ’80. Fue en esa década cuando la élite empezó a nuclearse entre sí para disfrutar de actividades de recreación como fútbol, rugby, criquet y carreras de caballos.
Al despuntar el siglo XX, la clase alta porteña comenzaba a mirarse cada vez más en el espejo europeo y a participar de reuniones acotadas a su círculo social.
Era el tiempo en que las familias patricias del país viajaban a Europa con la vaca en la bodega de los barcos porque la calidad del ganado local era muy superior. Sus hijos se divertían a bordo arrojando manteca al techo para ver cómo resbalaban los mozos por el piso.
El primer golpe de Estado en la argentina moderna tuvo al Círculo de Armas como uno de sus principales refugios intelectuales. Allí se reunían civiles y militares para orquestar la interrupción democrática del segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen, inaugurando lo que se conoció como la Década Infame. Entre las personalidades de entonces estaba el abuelo del actual diputado macrista Federico Pinedo, luego ministro de Hacienda del gobierno de facto de Agustín P. Justo y Leopoldo Melo, tristemente célebre por aplicar bajo su gestión al frente del Ministerio del Interior el sistema de tortura y persecución a los opositores.
El 6 de septiembre de 1930, el mismo día que el general José Félix Uriburu tomó el poder por la fuerza, una multitud asaltó el domicilio particular de Hipólito Yrigoyen y destruyó e incendió sus muebles y papeles particulares. Por la noche hubo un banquete en el Círculo de Armas para festejar el triunfo. Todos escucharon con atención a un Julio Argentino Roca (h) exultante, quien dos años después sería vicepresidente del gobierno de facto de Agustín P. Justo: “Hoy he vivido uno de los momentos más emocionantes de mi vida, solo, en un profundo recogimiento, frente al espectro de mis mayores, que parecían vindicarse del caudillo oscuro que les infirió el agravio de su barbarie.”
Aquel espíritu conservador, pro militar y antidemocrático se mantuvo inalterable a lo largo del tiempo. Y son los actuales miembros del Círculo los encargados de preservar la tradición y los ideales que dieron origen a la institución. Sobre todo coinciden en exaltar un sentimiento que nació en los ’40 y se profundizó en los ’50: el odio visceral hacia el peronismo. La llegada de este movimiento político, económico y social al poder no fue una buena noticia para los que allí se reunían, a pesar del origen castrense de Perón. Ellos añoraban el modelo agroexportador que los había llevado a tener un estatus social equiparable a las más distinguidas familias del Viejo Continente. Su proyecto de Nación iba a contramano del florecimiento de los nuevos sindicatos impulsados por el auge de la industrialización del país.
“Cómo habrán sido de fanáticos que, al principio, hasta al propio Martínez de Hoz lo tildaban de industrialista”, cuenta un viejo conocedor de la historia del Círculo, que vio allí cenar varias veces al ex ministro de Economía.
La primera sede estuvo ubicada en la calle Sarmiento, entre Florida y Maipú. Pero la mudanza llegó pronto. Como los salones no fueron suficientes para contener a todos los interesados en practicar deportes, en 1910 se iniciaron las obras en la casa actual, dirigidas por el arquitecto Eduardo Sauze, que finalizaron dos años después.
Los muebles y la decoración estuvieron a cargo de Hampton & Sons LD, una de las firmas más prestigiosas del mundo, con sede en el corazón de Londres, y aún hoy siguen intactos.
Se destacan los tapices cuzqueños del siglo XVIII, pinturas del XIX, fina vajilla francesa y un lujoso mobiliario inglés y francés. Tiene un salón de lectura, otro de juegos, un amplio bar, un comedor, canchas de squash, gimnasio, biblioteca y cuatro dormitorios.
De ellos se enorgullece el actual titular del Círculo de Armas, Jorge Otamendi, abogado egresado de la Universidad Católica Argentina y miembro del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y de la Asociación Argentina para la Protección de la Propiedad Industrial.
Como dato de color, en la parte más frívola del curriculum del actual titular, figura que es suegro de la modelo Geraldine Neumann, hermana de Nicole: ya que su hijo, Jorge, es músico y tiene dos hijos con la modelo.
En contraposición, en la parte más delicada de su vida laboral se destaca que trabajó bajo las ordenes de José Alfredo Martínez de Hoz durante la dictadura militar más sangrienta de la historia contemporánea argentina, ya que fue asesor del secretario de Desarrollo Industrial entre 1979 y 1981, y asesor del subsecretario de Economía, en 1982.
Tiempo Argentino
El tradicional Círculo de Armas fue fundado en 1885 y sus mesas reunieron a nefastos personajes que colaboraron en la debacle nacional: desde el abuelo del actual diputado macrista, Federico Pinedo, hasta Julio Argentino Roca, José Alfredo Martínez de Hoz y Carlos Pedro Blaquier.
A escasos 100 metros, en Florida 460, tiene sus oficinas la Sociedad Rural Argentina, con la que comparte algo más que el vecindario. Los une la misma historia, valores y hasta fundadores. De hecho, al menos seis apellidos (Sundbland, Olivera, Mexía, Casares, Blaquier, Acosta) fueron presidentes de la entidad ganadera y fundadores del Círculo de Armas.
A simple vista, no llama la atención. No hay carteles ni placas. Sólo las iniciales doradas sobre una alfombra roja y el nombre de los arquitectos tallado en la pared.
Un joven de impecable traje oscuro baja las escaleras y antes de retirarse le devuelve una corbata celeste al hombre que custodia la puerta de entrada. Se la había prestado para ingresar. Él es el encargado de pedir el carnet a los socios. A los viejos conocidos, les hace una venia y los deja pasar. A los que no identifica, los detiene en la puerta y les pregunta el apellido.
El guardián, calvo y de punta en blanco, filtra quién entra y quién no al club donde se reúne lo más rancio y conservador de la sociedad porteña: desde militares retirados hasta embajadores, pasando por políticos en actividad y empresarios.
Aunque los diplomáticos que defienden las causas por los Derechos Humanos tienen el rechazo del Círculo garantizado: el ex embajador en Francia, Archibaldo Lanús, lo sufrió en carne propia cuando en 2004 le denegaron la admisión por colaborar con la justicia argentina al prestarle la sede de la embajada en París para tomar declaración a un acusado de delitos de lesa humanidad. En diálogo con este diario, Lanús los criticó duramente: “Pensaron que estaba cerca del gobierno de Kich-ner porque en ese momento había un auge por la reapertura de los juicios. Son momios y pobre gente que se escudan en el anonimato para expresar su resentimiento.” (ver recuadro).
“Sin traje y corbata aquí no se puede ingresar. Menos si no es socio”, repite una y otra vez el custodio de traje blanco.
Hay un código de vestimenta que respetar: saco y corbata en los salones principales, excepto para ir a las salas de deporte. Mujeres, abstenerse.
Si bien por teléfono informan que existen “nueve mesas para no socios y siete para socios” y que se puede almorzar de lunes a viernes, la realidad cambia cuando uno llega al lugar. Para cada reunión (más allá de ser socio) se debe concertar cita y reservar un espacio en los eventos.
“‘Debe haber una confusión. Aquí sólo pueden pasar al comedor los socios o gente que viene especialmente invitada por ellos. Y menos así vestido… hay que venir bien arreglado, de traje y corbata’, explica la gerenta del lugar”, aseguró a este cronista el hombre que hace de filtro.
En diálogo con Tiempo Argentino, un joven socio, que porta apellido ilustre y pide reservar su identidad, reconoce que el hermetismo de lo que sucede puertas adentro es total y explica la cuestión hereditaria: “Los hijos varones de cada familia heredan el título de socio, pero si resulta que el perfil no es conveniente para la reputación institucional, puede que no lo admitan y quede invalidada su membresía.”
Si bien oficialmente figura inscripta como una asociación civil sin fines de lucro dedicada a “servicios de organización, dirección y gestión de prácticas deportivas y explotación de las instalaciones”, en realidad cumple un papel más ideológico que recreativo.
De bajo perfil y camuflada bajo la práctica de la esgrima, el Círculo funciona como un núcleo duro del poder político y económico. Sus propios integrantes así lo confirman: “Es un club social, de reunión y lobby. Se organizan muchas reuniones de trabajo, sobre todo del sector agropecuario y con fines políticos”, confiesa otro socio que frecuenta sus pasillos. Y suele verse almorzando a gran parte del abanico opositor y a los popes del establishment local: por allí desfilaron Martín Redrado, Santiago de Estrada, Federico Pinedo, Ernesto Sanz, Enrique Olivera, Ricardo López Murphy, Elisa Carrió, Carlos Pedro Blaquier, Eduardo Constantini y Alejandro Bulgheroni.
La mayoría de estas figuras son invitadas a “intercambiar pareceres sobre los destinos del país y el mundo”, afirma la misma fuente.
El club tiene un fuerte sesgo machista: las mujeres sólo pueden ingresar como invitadas a ciertas reuniones y no se las acepta como socias. La decisión obedece a una raíz histórica: los Paunero, la familia fundadora, tenían un fuerte vínculo con la masonería de la época y estaban inspirados en la filosofía de los clubes ingleses, que eran exclusivos para caballeros.
Lo curioso es que a este particular club no le interesa tener nuevas afiliaciones. Cuenta con 300 adherentes y el estatuto fija un límite: “El tope es de 400 para mantener el perfil y la exclusividad que exige cada uno de ellos”, relata a Tiempo un miembro que brinda su testimonio a cambio de mantenerlo en el anonimato.
A pesar de que la historia oficial cuenta que el nombre Círculo de Armas responde a la práctica deportiva de esgrima, por lo bajo dos socios afirman lo contrario: “La mayoría de los fundadores eran generales y coroneles de las tres fuerzas, y hasta hoy muchos de ellos forman parte del club.”
Sea cual fuere el origen, ser miembro del Círculo es casi una misión imposible, ya que un severo proceso de selección se encarga de filtrar quién entra y quién no. Si alguien quiere hacerlo, además de estar en condiciones de pagar cerca de $ 700 mensuales, debe ser recomendado por cinco socios con antigüedad mayor a dos años, cuya solicitud será sometida a votación de todos los miembros. Previamente se exige enviar una carta de presentación dirigida al director. A partir de allí, se evalúa el ingreso.
Como lo hacían las viejas logias, y aquí otra vez se deja ver la influencia masónica, el procedimiento de selección es mediante bolillas blancas o negras. ¿Cómo funciona? Cada uno de los integrantes del círculo deposita su bolilla en relación con determinado solicitante. Si todas resultan blancas, el postulante es aceptado. Y por cada bolilla negra, el pretendiente debe lograr cinco blancas. Si no lo logra, es automáticamente rechazado. Todo esto ocurre bajo la estricta evaluación de los socios más antiguos.
El sectario club fundado por el abogado conservador Mariano Paunero, que cobija en sus filas a la derecha procesista del país, tiene actividades reducidas pero intensas: cuenta con una sala de juegos de azar donde hay mesas de paño y se juega a las cartas, sobre todo al póker. Cuentan los viejos tertulianos que el escritor Manuel Mujica Láinez perdía siempre y que “Julito”, el hijo del ex presidente Julio Argentino Roca, era un jugador empedernido. También se puede beber, disfrutar el sauna, comer, practicar squash, esgrima y hacer yoga. Es famoso, además, por contar con acuerdos de reciprocidad con los clubes más selectos del mundo.
Por sus alfombras pasaron el duque de Windsor, el escritor francés Anatole France, todos los Martínez de Hoz, Marcelo T. de Alvear, Roque Sáenz Peña y los recién mencionados Roca padre e hijo. Hasta lo visitaron el príncipe Guillermo Alejandro de Holanda y su prometida, la argentina Máxima Zorreguieta. Fueron a almorzar el jueves 8 de noviembre de 2001, tres meses antes de contraer matrimonio. El vínculo con la entidad lo habría generado el padre de la novia, Jorge Zorreguieta, ex secretario de Agricultura y Ganadería durante el gobierno militar de Jorge Rafael Videla.
El auge y desarrollo de la entidad coincidió con la puesta en marcha del modelo agroexportador que impulsó la Generación del ’80. Fue en esa década cuando la élite empezó a nuclearse entre sí para disfrutar de actividades de recreación como fútbol, rugby, criquet y carreras de caballos.
Al despuntar el siglo XX, la clase alta porteña comenzaba a mirarse cada vez más en el espejo europeo y a participar de reuniones acotadas a su círculo social.
Era el tiempo en que las familias patricias del país viajaban a Europa con la vaca en la bodega de los barcos porque la calidad del ganado local era muy superior. Sus hijos se divertían a bordo arrojando manteca al techo para ver cómo resbalaban los mozos por el piso.
El primer golpe de Estado en la argentina moderna tuvo al Círculo de Armas como uno de sus principales refugios intelectuales. Allí se reunían civiles y militares para orquestar la interrupción democrática del segundo gobierno de Hipólito Yrigoyen, inaugurando lo que se conoció como la Década Infame. Entre las personalidades de entonces estaba el abuelo del actual diputado macrista Federico Pinedo, luego ministro de Hacienda del gobierno de facto de Agustín P. Justo y Leopoldo Melo, tristemente célebre por aplicar bajo su gestión al frente del Ministerio del Interior el sistema de tortura y persecución a los opositores.
El 6 de septiembre de 1930, el mismo día que el general José Félix Uriburu tomó el poder por la fuerza, una multitud asaltó el domicilio particular de Hipólito Yrigoyen y destruyó e incendió sus muebles y papeles particulares. Por la noche hubo un banquete en el Círculo de Armas para festejar el triunfo. Todos escucharon con atención a un Julio Argentino Roca (h) exultante, quien dos años después sería vicepresidente del gobierno de facto de Agustín P. Justo: “Hoy he vivido uno de los momentos más emocionantes de mi vida, solo, en un profundo recogimiento, frente al espectro de mis mayores, que parecían vindicarse del caudillo oscuro que les infirió el agravio de su barbarie.”
Aquel espíritu conservador, pro militar y antidemocrático se mantuvo inalterable a lo largo del tiempo. Y son los actuales miembros del Círculo los encargados de preservar la tradición y los ideales que dieron origen a la institución. Sobre todo coinciden en exaltar un sentimiento que nació en los ’40 y se profundizó en los ’50: el odio visceral hacia el peronismo. La llegada de este movimiento político, económico y social al poder no fue una buena noticia para los que allí se reunían, a pesar del origen castrense de Perón. Ellos añoraban el modelo agroexportador que los había llevado a tener un estatus social equiparable a las más distinguidas familias del Viejo Continente. Su proyecto de Nación iba a contramano del florecimiento de los nuevos sindicatos impulsados por el auge de la industrialización del país.
“Cómo habrán sido de fanáticos que, al principio, hasta al propio Martínez de Hoz lo tildaban de industrialista”, cuenta un viejo conocedor de la historia del Círculo, que vio allí cenar varias veces al ex ministro de Economía.
La primera sede estuvo ubicada en la calle Sarmiento, entre Florida y Maipú. Pero la mudanza llegó pronto. Como los salones no fueron suficientes para contener a todos los interesados en practicar deportes, en 1910 se iniciaron las obras en la casa actual, dirigidas por el arquitecto Eduardo Sauze, que finalizaron dos años después.
Los muebles y la decoración estuvieron a cargo de Hampton & Sons LD, una de las firmas más prestigiosas del mundo, con sede en el corazón de Londres, y aún hoy siguen intactos.
Se destacan los tapices cuzqueños del siglo XVIII, pinturas del XIX, fina vajilla francesa y un lujoso mobiliario inglés y francés. Tiene un salón de lectura, otro de juegos, un amplio bar, un comedor, canchas de squash, gimnasio, biblioteca y cuatro dormitorios.
De ellos se enorgullece el actual titular del Círculo de Armas, Jorge Otamendi, abogado egresado de la Universidad Católica Argentina y miembro del Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires y de la Asociación Argentina para la Protección de la Propiedad Industrial.
Como dato de color, en la parte más frívola del curriculum del actual titular, figura que es suegro de la modelo Geraldine Neumann, hermana de Nicole: ya que su hijo, Jorge, es músico y tiene dos hijos con la modelo.
En contraposición, en la parte más delicada de su vida laboral se destaca que trabajó bajo las ordenes de José Alfredo Martínez de Hoz durante la dictadura militar más sangrienta de la historia contemporánea argentina, ya que fue asesor del secretario de Desarrollo Industrial entre 1979 y 1981, y asesor del subsecretario de Economía, en 1982.
Tiempo Argentino
A quién votaría como candidato a Intendente de Cañada de Gómez???
Amigos durante esta semana estará en mi blog la encuesta que muchos esperan ver en nuestra ciudad. ¿A quién votaría como candidato a Intendente en las primarias del 22 de mayo?
Vote, antes que sea demasiado tarde!!!!!!
Saludos
Dito
Vote, antes que sea demasiado tarde!!!!!!
Saludos
Dito
Recordemos cuando Patti no pudo asumir, y también recordemos quiénes los defendieron en la Cámara
Ya sale un Patti hecho papilla
“...como a Patti les va a pasar... adonde vayan los iremos a buscar!”, celebraron desde los palcos del recinto. La carrera política del torturador confeso Luis Abelardo Patti quedó frustrada ayer cuando la Cámara de Diputados aprobó, tras ocho horas de ferviente debate, por el amplio margen de 164 votos a 61, la impugnación de su diploma como diputado electo por su participación activa en el aparato represivo de la dictadura, por sus reiteradas violaciones a los derechos humanos, su procesamiento confirmado en segunda instancia en la Justicia y por haber incurrido en apología del delito. “No puede legislar un torturador”, afirmó con aplastante sentido común el diputado de la CTA Claudio Lozano. “Vamos a impedir que sus manos que picanearon manejen dictámenes”, graficó Remo Carlotto, uno de los impugnadores de Patti. “Acá dicen que fue vulnerado el principio de inocencia, pero yo les voy a contar un secreto”, anticipó el diputado Miguel Bonasso, otro de los impugnantes. “El propio Luis Abelardo Patti dijo: ‘Me pueden decir torturador o represor, pero nunca chorro’. Y también dijo que para esclarecer delitos la policía debe cometer al menos cinco delitos. Por lo tanto, con sus palabras demostró que es culpable”, razonó el legislador de Convergencia, en medio de una sesión cargada de emoción, tanto en los discursos como entre los públicos que se enfrentaban en los palcos.
Bonasso recordó que el ex diputado catamarqueño Angel Luque fue expulsado inmediatamente de la Cámara por haber dicho que hubiera hecho desaparecer el cuerpo de la joven María Soledad Morales. “Esto estuvo muy lejos de ser una ejecución sumaria”, afirmó en respuesta al calificativo que le dio la diputada macrista Nora Guinzburg al proceso de impugnación de Patti. “El sumariado no vino a la comisión a mirarnos a los ojos para decirnos que se enfrentó con Cambiasso y Pereyra Rossi, porque no puede sostener semejante mentira”, completó. Su compañera en la impugnación, la diputada correntina Araceli Méndez de Ferreyra, destacó que “Patti está acusado de delitos permanentes, y hasta que no se encuentren los desaparecidos o los apropiados, siguen cometiéndose”.La jornada había comenzado a mediodía con una conferencia de prensa del Paufe (Partido de Unidad Federalista de Patti) en Pasos Perdidos, mientras afuera sonaban petardos y se concentraban grupos kirchneristas como Barrios de Pie y Patria Libre. Los palcos que iban a permanecer vacíos, finalmente fueron llenados por presión de ambos grupos. Los del primero y segundo piso fueron ocupados por Hebe de Bonafini, Estela Carlotto, Nora Cortiñas, militantes de HIJOS y familiares y víctimas de Patti. Compartieron una de las bandejas, los hijos del diputado justicialista Diego Muñiz Barreto, los hijos de Gastón Gonçalves y el militante Luis Angel Gerez, torturado por el ex policía y aspirante fracasado a diputado nacional. En el tercero pudo verse al publicista Gabriel Dreyfuss y a la activista castrense Cecilia Pando junto a ruidosos seguidores del represor.
Abrió la lista de oradores el presidente de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, el tucumano Gerónimo Vargas Aignasse, y recordó el testimonio de Gerez cuando declaró los detalles de la tortura que sufrió a los 16 años en la comisaría de Escobar e identificó a Patti como quien dirigía la sesión. “Metéle la picana en las orejas, en los testículos, así se defeca”, eran las órdenes de dipu-represor. “¡He jurado por los desaparecidos y como soy hijo de un desaparecido (el senador Guillermo Vargas Aignasse) voy a dar mi vida antes de permitir que un genocida se siente en una banca!”, cerró el diputado a viva voz, en medio de aplausos y con el abrazo posterior de gran parte de su bancada. Desde los palcos llovían papelitos y, extrañamente, ambos bandos cantaban “como a los nazis les va a pasar, adonde vayan los iremos a buscar”. En boca de los partidarios del represor el estribillo produjo escalofríos. En ese momento, el pattista Juan Carlos Bonacorsi reclamó que el impugnado no había sido convocado a la sesión. “Tenemos tiempo para que llegue”, le respondió el presidente de la Cámara, Alberto Balestrini. Pero Patti hizo su propio acto en Escobar (ver aparte).
Radicales, legalistas y memoriosos
La mejor defensa de Patti la hicieron dos diputados radicales. “Háganse cargo los peronistas que lo trajeron a la arena política, no es cierto que nosotros lo vamos a hacer diputado, sino los votos peronistas”, dijo el radical Pedro Azcoiti, vicepresidente de la comisión que llevó adelante la impugnación. Y al mismo tiempo mostraba una fotocopia con boletas electorales de 1995, 1997 y las últimas legislativas de 2005, en las que aparece Patti en las listas justicialistas, junto a Carlos Ruckauf, Jorge Landau, Chiche Duhalde y José María Díaz Bancalari. “Me repugnan el asesinato y la tortura, provengan de donde sea, y me repugnaría estar sentado en una banca al lado de Patti, pero juré por una sola cosa, que es la Constitución, y la voy a respetar”, concluyó Azcoiti, él mismo víctima de la represión en la dictadura. En el mismo sentido, se pronunció Alicia Tate al afirmar que “los que lo trajeron de la mano a la política, y lo utilizaron políticamente, hoy son sus impugnantes”. Esta legisladora incurrió en un error cuando aseguró que los testimonios que se escucharon en la comisión fueron los mismos que en la Justicia no alcanzaron para condenarlo. De hecho, la reapertura de la causa Cambiasso Pereyra Rossi y el nacimiento de un proceso por Muñiz Barreto se basan en nuevas pruebas. “Si admitiéramos que la Cámara puede desconocer la voluntad popular estaríamos violando los derechos políticos del diputado y de sus votantes, y se sienta el precedente para que mayorías circunstanciales impidan el ingreso a futuros opositores”, dijo a su turno la diputada pattista Adriana Tomaz. Esta vez los aplausos vinieron del palco más elevado, con la dirección de Pando. Le siguió en el uso de la palabra el diputado murphista Pablo Tonelli, quien argumentó que si se dice que el proceso de impugnación fue político, no pueden imputarse a Patti delitos previstos en el código penal. “Hay que hacer abstracción de la persona, las garantías son para todos”, afirmó. Luego fue la macrista Guinzburg quien reflotó la teoría de los dos demonios al decir que “el horror del terrorismo de Estado no nos va a hacer olvidar el terrorismo subversivo”. Los palcos bajos abuchearon.Quien retomó el razonamiento para rebatirlo fue el presidente del bloque oficialista, Agustín Rossi. “No hubo una guerra ni dos bandos, sino un plan sistemático de tortura y desaparición”, afirmó al cierre de la sesión, casi al borde de la medianoche.
La maraña jurídica
La líder del ARI, Elisa Carrió, se remontó a la Alemania posterior al Holocausto para explicar que el derecho de gentes se impuso al derecho liberal que hubiera exculpado a todos los nazis. En aquel momento, el Tribunal de Nüremberg estableció la doctrina de derechos humanos que impidió que un imputado o sospechado de delitos de lesa humanidad cometidos en aquel genocidio terminara como diputado del Reichstag. “Es la misma posición que actué en el caso Bussi, siendo miembro del partido radical que hoy desconoce tal precedente, por la cual no hace falta que exista condena para impugnarlos”, enfatizó Elisa Carrió. “El derecho de gentes está por encima de la regla de las mayorías”, agregó.Por las dudas, el diputado Carlos Raimundi, del mismo partido, recordó que la única excepción sobre la regla de la mayoría es la violación a los derechos humanos. “La estrategia de la defensa de Patti fue tratar de convertir a los testigos en acusados, como si a 30 años el ‘algo habrán hecho’ pueda justificar la tortura”, agregó. La cordobesa Norma Morandini afirmó que no hay ex represores porque “en tanto haya víctimas habrá verdugos”. Por su parte, Lozano recordó que “Patti recorría las fábricas pidiendo las listas de delegados” porque “el genocidio del que participó estuvo direccionado a destruir al movimiento obrero”. En lenguaje corriente, el impugnante Carlos Tinnirello no anduvo con eufemismos. “Los que hoy piden respeto por la voluntad popular se cagaron en ella cuando apoyaron el golpe del ’76.”
Había 228 legisladores sentados en sus bancas cuando Balestrini llamó a votar. Sólo 61 se pronunciaron a favor del represor y el oficialismo logró juntar mucho más de los dos tercios requeridos. Once fueron los radicales que desobedecieron a la mayoría del bloque, entre ellos Silvana Giudici, quien calificó a Patti como “un eslabón articulador de la política de exterminio en la provincia de Buenos Aires.
En medio de cánticos y abrazos, los HIJOS y los familiares de las víctimas festejaron sin reprimirse. “El viejo está brindando en el cielo”, dijo emocionada Juana Muñiz Barreto. Desde los palcos colgaba la consigna “Patti torturador” armada con fotos de desaparecidos.
Fuente:Adriana Meyer para Página 12 del 24 de mayo de 2006
Patti fue condenado a cadena perpetua en una cárcel común
Los bombos de las personas que se movilizaron para la última audiencia del juicio contra Luis Abelardo Patti retumbaban ayer en el salón del Auditorio Hugo del Carril de José León Suarez, cuando la jueza Lucila Larrandart comenzó con la lectura de la sentencia a cadena perpetua contra el ex policía, quien deberá cumplir la pena en cárcel común.
Adentro y afuera, a través de una pantalla gigante, todos los presentes hicieron silencio para seguir el dictamen con atención. La primera condena fue contra Santiago Omar Rivero, el ex comandante de Institutos Militares de Campo de Mayo, quien fue sentenciado a prisión perpetua. El auditorio estalló en aplausos. Luego reinó el silencio, hasta que la jueza, titular del Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín, lo nombró a Patti, a quien sentenció a perpetua por haber secuestrado y torturado al ex diputado Diego Muniz Barreto y su secretario Juan José Fernández, y por el secuestro, torturas y homicidio del militante peronista Gastón Gonçalves. Siguieron los anuncios de las perpetuas para el ex dictador Reynaldo Bignone y el ex agente de Inteligencia del Ejército Martín Rodríguez. También dictó seis años de cárcel contra el ex comisario de Escobar, Juan Fernando Meneghini, el único de los acusados que eligió permanecer en el recinto durante el veredicto.
La máxima pena para Patti llevó alivio al público, pero sobre todo llevó tranquilidad a los rostros de los familiares de las víctimas, que permanecieron tensos en los asientos de las querellas: Manuel y Gastón Gonçalves, junto a Juana, Diego y Antonio Muniz Barreto y María Isabel D'Amico, hermana de Guillermo y Luis D'Amico, ambos desaparecidos. Todos se habían sentado en fila en el lugar de las querellas y rompieron en llanto y abrazos al conocer la sentencia que durante tantos años habían buscado.
“Al escuchar las condenas a perpetua sentí que ya estaba. Ya cumplí con mi papá, me gradué de hija y ahora me voy a dedicar a mis dos hijos, a quienes creo que les dejo un buen legado”, dijo Juana entre lágrimas. Manuel, a su lado, remarcó su alivio: “Siento que todos estos años en los que nunca claudicamos valieron la pena y de que por fin logramos algo que es para todos. Así como toda la sociedad tuvo que atravesar la impunidad y convivir con los genocidas, esto es una condena que nos excede a nosotros, es algo para toda la sociedad.” También recordó los largos siete años que mantuvieron viva la causa y aseguró que todo ese tiempo, en el que dejaron de lado sus vidas cotidianas para trabajar en el caso, “valió la pena”.
Además de las perpetuas, el Tribunal encuadró todos esos delitos como de “lesa humanidad” y ordenó que todas las penas sean de cumplimiento efectivo en establecimientos del Servicio Penitenciario, revocando la prisión domiciliaria de la que hasta ayer gozaba Meneghini.
Patti, el único de los acusados que permanecía internado en un centro de salud, seguirá en el Instituto Fleni de Escobar hasta que se pueda hacer efectiva la prisión perpetua.
Ante la ausencia de los acusados, el auditorio estuvo repleto de familiares y miembros de organismos de Derechos Humanos. En la sala estuvieron la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, acompañando a Manuel Gonçalves, uno de los nietos recuperados.
También estuvo una de las sobrevivientes de la Noche de los Lápices, Emilce Moler, quien identificó al nieto en 1995 junto al Equipo Argentino de Antropología Forense.
Además, presenciaron la audiencia Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, quien fue amigo del ex diputado de la Tendencia Peronista, Muniz Barreto. “La condena me llena de satisfacción porque se trata de un peligroso homicida, aunque haya teatralizado su estado de salud”, dijo el funcionario.
Durante años, la figura de Patti fue un ícono de la impunidad. Cuando todavía no llegaba a los 25 años ya se había convertido en un represor temible, como lo comprobaron en carne propia Muniz Barreto y Gonçalves. “Que digan que participé en la lucha contra la subversión, que digan que soy un torturador; yo no lo niego. Pero no me acusen de chorro y de corrupto”, decía Patti durante los ’90.
En el juicio de ayer, el cuarto que termina en el año, según informó la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las Causas por violaciones a los Derechos Humanos, finalizó con esa impunidad y el ex comisario e intendente de Escobar se convirtió en uno más de los 204 condenados en el país por esos delitos.
“Patti fue uno de los íconos de la impunidad, trató de zafar con la inmunidad que le daba el cargo de diputado, pero no lo logró. Todavía falta otro ícono, Ernestina, pero con la misma fuerza de hoy vamos a llegar a ese caso”, sostuvo el abogado querellante Pablo Llonto, minutos después de la sentencia desde el escenario montado frente al auditorio.
Tiempo Argentino
Adentro y afuera, a través de una pantalla gigante, todos los presentes hicieron silencio para seguir el dictamen con atención. La primera condena fue contra Santiago Omar Rivero, el ex comandante de Institutos Militares de Campo de Mayo, quien fue sentenciado a prisión perpetua. El auditorio estalló en aplausos. Luego reinó el silencio, hasta que la jueza, titular del Tribunal Oral Federal N° 1 de San Martín, lo nombró a Patti, a quien sentenció a perpetua por haber secuestrado y torturado al ex diputado Diego Muniz Barreto y su secretario Juan José Fernández, y por el secuestro, torturas y homicidio del militante peronista Gastón Gonçalves. Siguieron los anuncios de las perpetuas para el ex dictador Reynaldo Bignone y el ex agente de Inteligencia del Ejército Martín Rodríguez. También dictó seis años de cárcel contra el ex comisario de Escobar, Juan Fernando Meneghini, el único de los acusados que eligió permanecer en el recinto durante el veredicto.
La máxima pena para Patti llevó alivio al público, pero sobre todo llevó tranquilidad a los rostros de los familiares de las víctimas, que permanecieron tensos en los asientos de las querellas: Manuel y Gastón Gonçalves, junto a Juana, Diego y Antonio Muniz Barreto y María Isabel D'Amico, hermana de Guillermo y Luis D'Amico, ambos desaparecidos. Todos se habían sentado en fila en el lugar de las querellas y rompieron en llanto y abrazos al conocer la sentencia que durante tantos años habían buscado.
“Al escuchar las condenas a perpetua sentí que ya estaba. Ya cumplí con mi papá, me gradué de hija y ahora me voy a dedicar a mis dos hijos, a quienes creo que les dejo un buen legado”, dijo Juana entre lágrimas. Manuel, a su lado, remarcó su alivio: “Siento que todos estos años en los que nunca claudicamos valieron la pena y de que por fin logramos algo que es para todos. Así como toda la sociedad tuvo que atravesar la impunidad y convivir con los genocidas, esto es una condena que nos excede a nosotros, es algo para toda la sociedad.” También recordó los largos siete años que mantuvieron viva la causa y aseguró que todo ese tiempo, en el que dejaron de lado sus vidas cotidianas para trabajar en el caso, “valió la pena”.
Además de las perpetuas, el Tribunal encuadró todos esos delitos como de “lesa humanidad” y ordenó que todas las penas sean de cumplimiento efectivo en establecimientos del Servicio Penitenciario, revocando la prisión domiciliaria de la que hasta ayer gozaba Meneghini.
Patti, el único de los acusados que permanecía internado en un centro de salud, seguirá en el Instituto Fleni de Escobar hasta que se pueda hacer efectiva la prisión perpetua.
Ante la ausencia de los acusados, el auditorio estuvo repleto de familiares y miembros de organismos de Derechos Humanos. En la sala estuvieron la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, acompañando a Manuel Gonçalves, uno de los nietos recuperados.
También estuvo una de las sobrevivientes de la Noche de los Lápices, Emilce Moler, quien identificó al nieto en 1995 junto al Equipo Argentino de Antropología Forense.
Además, presenciaron la audiencia Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora y el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, quien fue amigo del ex diputado de la Tendencia Peronista, Muniz Barreto. “La condena me llena de satisfacción porque se trata de un peligroso homicida, aunque haya teatralizado su estado de salud”, dijo el funcionario.
Durante años, la figura de Patti fue un ícono de la impunidad. Cuando todavía no llegaba a los 25 años ya se había convertido en un represor temible, como lo comprobaron en carne propia Muniz Barreto y Gonçalves. “Que digan que participé en la lucha contra la subversión, que digan que soy un torturador; yo no lo niego. Pero no me acusen de chorro y de corrupto”, decía Patti durante los ’90.
En el juicio de ayer, el cuarto que termina en el año, según informó la Unidad Fiscal de Coordinación y Seguimiento de las Causas por violaciones a los Derechos Humanos, finalizó con esa impunidad y el ex comisario e intendente de Escobar se convirtió en uno más de los 204 condenados en el país por esos delitos.
“Patti fue uno de los íconos de la impunidad, trató de zafar con la inmunidad que le daba el cargo de diputado, pero no lo logró. Todavía falta otro ícono, Ernestina, pero con la misma fuerza de hoy vamos a llegar a ese caso”, sostuvo el abogado querellante Pablo Llonto, minutos después de la sentencia desde el escenario montado frente al auditorio.
Tiempo Argentino
Cosa de hombres: "Ir de Putas"
Vivimos en sociedades que no cuestionan la prostitución. Sociedades en las que la prostitución es una práctica institucionalizada, más aún, legitimada y con un fuerte anclaje en tradiciones y costumbres. Sociedades que conciben a los hombres como “clientes” con derecho a pagar por sexo alentados por una supuesta “oferta” que oculta y enmascara el rol protagónico de la demanda. Sobre este tema, Silvia Chejter, socióloga y profesora de la cátedra Género, Globalización y Derechos Humanos, en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires, acaba de publicar Lugar común: la prostitución, editado por Eudeba, que corre el eje de los debates sobre el tema, que gira siempre en torno de las mujeres prostituidas, las organizaciones proxenetas, las complicidades institucionales o la trata. Lugar común... es un libro en el que quienes hablan, sin intermediaciones, son los varones que pagan por sexo. Las entrevistas fueron realizadas en el marco de un taller de investigación de la Carrera de Sociología de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires.
Como punto de partida, Chejter hace un llamado de atención sobre el lenguaje (mercantilizado) con el que se habla de la prostitución, el verbo prostituir habitualmente se conjuga con un “sujeto trastrocado”: “Cuando se dice ‘una mujer se prostituye’, ¿qué se está diciendo? ¿Se diría acaso que el esclavo ‘se esclaviza’ o que el obrero ‘se explota’ a sí mismo? Cuando un varón paga por sexo, es quien prostituye. El sujeto es el ‘prostituyente’ y las personas que son objeto de esa acción prostituyente son personas prostituidas. No es posible que alguien se prostituya a sí mismo. Los discursos patriarcales colocan a las mujeres como objetos al servicio del placer masculino, enmascarada como una relación contractual entre sujetos supuestamente iguales, una ficción que sólo tiene el efecto de naturalizar y reproducir las prácticas prostituyentes y anular cualquier planteo ético”.–¿Cómo surge la idea de esta investigación?
–Cuando inicialmente nos planteamos la prostitución como tema del taller de investigación, discutimos dos posibilidades, si analizar las respuestas sociales o analizar a ese sector de prostituyentes, que son los que pagan por sexo. No era sencillo elegir, porque ambos temas son importantes. En realidad comenzamos con el primero. Basta mirar alrededor para darnos cuenta de que convivimos con el mundo prostibulario, que es parte de nuestro mundo; los prostíbulos (en sus diversas formas, cabarets, whiskerías, etc.) son vistos como espacios de “sociabilidad y diversión”, son parte del paisaje urbano, del paisaje rural, de las rutas. En una primera etapa hicimos una serie de entrevistas a mujeres, varones, jóvenes, de distintos sectores sociales sobre qué sabían, qué pensaban sobre la prostitución. La mayoría expresaba no saber nada. La ignorancia y ceguera frente a la problemática merecería una profunda investigación.Sucedió que hubo entrevistados que expresaron que iban, o habían ido, a prostíbulos. De modo que decidimos concentrarnos en esta población.
El libro da cuenta de un total de 115 entrevistas realizadas. Los entrevistados son todos varones –la investigación se limitó a la prostitución heterosexual–. Los entrevistados son varones de diversas edades –entre 21 y 78 años–, de los más diversos sectores sociales y profesiones: abogados, diseñadores gráficos, arquitectos, empleados, obreros, estudiantes, profesores, jubilados, etc. Muchos de ellos solteros, pero también casados o en relaciones de pareja. La pregunta fue simple y rotunda: “¿Pagás por sexo?”. Sólo tres de los varones entrevistados se cuestionaron estas prácticas, y sólo uno dijo: “No voy más”. Vale aclarar que la metodología a la que se recurrió es la “entrevista narrativa”, un recurso que busca provocar relatos de experiencias de sexo prostituyente. La duda en un principio –relata la autora– era si los hombres hablarían, duda que se disipó enseguida. “Sabíamos –cuenta Chejter– que las experiencias prostibularias son tema de conversación entre varones, pero no estaba convencida de que frente a una entrevista, en el marco de una investigación, hablaran con sinceridad o espontaneidad. Esto es lo que habitualmente sorprende a quienes leen el libro, la facilidad y la transparencia del discurso.”El libro plantea la prostitución como una institución, una institución patriarcal, como el punto de encuentro entre la explotación económica y la explotación sexual. Y remarca el carácter organizado de la misma: “Muchos de los entrevistados van a prostíbulos de manera esporádica, otros lo hacen asiduamente y su discurso muestra distintas formas en las que se desresponsabilizan de sus propias acciones. En primer lugar la cosificación de las mujeres, una cosificación que aparece relativizada y negada cuando se dice “ellas se prostituyen”, “ellas eligen prostituirse”, “ellas son las que deciden” a pesar de que son ofrecidas como si fueran objetos y de este modo anulan cualquier planteamiento ético. Otras formas de desresponsabilizarse es ir en grupos y adjudicar a los otros, al grupo, la iniciativa y las conocidas frases hechas, o lugares comunes acerca de que es dinero fácil, rápido, etc.”
–¿Ir a los cabarets, “ir de putas”, forma parte de un ritual vinculado a la diversión masculina?
–No quiero hacer generalizaciones. Pero lo que surge de la investigación muy claramente es que ir a un prostíbulo es una forma de relacionamiento entre varones que se da mucho y sobre todo entres los jóvenes; incluso forma parte de los ritos de iniciación comparable a otras prácticas machistas de varones como ir al fútbol, en el que el grupo de pertenencia es el que arrastra al prostíbulo. Hay ritos impuestos entre pares que hay que seguir: iniciación, despedidas de solteros, cobrar el sueldo, u otros festejos para agasajar o agasajarse que terminan en el burdel o en alguna “fiesta privada”. Cada una de estas ocasiones supone la confirmación de la virilidad que, fundamentalmente, requiere de la mirada voyeurista de los otros varones del grupo. Mirar a los otros y dejarse mirar cuando practican sexo prostituyente constituye –como lo expresan varios testimonios– la más importante motivación. Claro que también están los que van solos y muchas otras modalidades de prostituir.
–Algo muy interesante que marcás en el libro es este posicionamiento masculino de quienes van a los cabarets como “espectadores sin responsabilidad”.
–Muchos expresan que sólo van al prostíbulo a pasar un buen rato, a divertirse con los amigos, y la práctica misma de prostituir es casi secundaria. Entre los jóvenes es muy frecuente que expresen que no es que “decidieron ir” a un prostíbulo sino que se dejaron llevar, la decisión es de “los otros”, y no ir significa diferenciarse del resto, quedar afuera, afuera de la diversión, afuera del grupo, como dije antes. Y esta es otra de las formas de desresponsabilizarse de la práctica prostituyente.–Hay una tácita aceptación de ver a las mujeres como mercancías, de cosificarlas.
–Esto es porque vivimos en una sociedad capitalista. En otros momentos históricos el uso, en realidad, el abuso sexual de las mujeres se encubría o naturalizaba de otros modos. Hoy el lenguaje mercantil funciona como un mecanismo de naturalización, que oculta el proceso de cosificación, pero una cosificación muy particular: una cosificación de carácter sexual. Remarco esto porque para mucha gente es fácil aceptar que existe explotación económica y cuando hablan de prostitución la reducen a una forma de la explotación económica. Es fundamental destacar que lo sexual no es secundario, es profundamente estructural. Sería algo así como el imaginario patriarcal llevado al extremo. Yo siempre cito una frase de una filósofa francesa que respeto mucho, Françoise Collin, que se plantea en qué mundo queremos vivir. Ella dice, “queremos luchar contra la mercantilización creciente de la vida humana o por el contrario consumarla, asegurando así la victoria completa del capitalismo, es decir, la resolución de todo lo humano a su equivalente monetario, en el olvido de la humanidad”. El proceso de cosificación de las mujeres por el cual son convertidas en mercancías o prestadoras de un servicio traduce un imaginario que naturaliza y banaliza las prácticas prostituyentes.–¿Qué les “garantiza” a los hombres el hecho de pagar por sexo?
–No sé si la palabra es garantiza. Creo que no se lo cuestionan. Vivimos en una sociedad donde pagar para tener sexo es admitido, y como lo dicen los propios actores de las prácticas prostituyentes, con plata pueden comprar lo que quieren. Aun sabiendo de la explotación, sabiendo de la violencia, las situaciones forzadas, del engaño, del chantaje, etc., es decir, de las formas en que las mujeres son reclutadas, sometidas y retenidas en los espacios prostibularios. Pagar anula toda responsabilidad y culpa. En última instancia, si no son ellos, “habrá otros que lo hagan”. Y no quiero hablar del tipo de sexo que es el sexo prostituyente. Un argumento habitual es que van para satisfacer una necesidad biológica y fisiológica irresistible, atribuida a la supuesta naturaleza de los varones: “necesitan descargar”, y este hecho, tomado como evidente, explica por sí solo la necesaria existencia de la prostitución.–A pesar de que es sabida esta realidad de explotación a la que son sometidas las mujeres prostituidas, los hombres siguen yendo.
–Eso es muy claro. Saben de la explotación y los relatos expresan con claridad que esto es tema de conversación entre ellos y las mujeres prostituidas. Pero eso no los afecta. En algunos casos preferirían que no fuera así. Pero saben y hablan de las condiciones de explotación y es claro que no les importa. Creo que con todo lo que se viene diciendo, escribiendo, denunciando sobre la trata de mujeres en nuestro país en los últimos años, las múltiples denuncias que se hacen frecuentemente, habría que ser muy negador para no reconocer la realidad prostibularia. Más aún, en los lugares donde van encuentran “guardias armados”, y distintos tipos de control, sin embargo siguen yendo. Pocos, muy pocos, se sienten cómplices y actúan en consecuencia.–¿Es posible un mundo sin prostitución?
–Generalmente frente a la magnitud y realidad de la prostitución el primer sentimiento es de impotencia. En distintos momentos históricos la sociedad ha reaccionado, en realidad sectores de la sociedad. Y hoy estamos viviendo un momento en que el tema está cobrando visibilidad nuevamente en nuestro país. Claro que se está privilegiando la trata, y yo siempre insisto que no hay que olvidar que la trata es sólo una de las estrategias de reclutamiento, que el verdadero nudo central es la prostitución.Está empezando a retomarse la vieja ley 12.331 del año 1913 que prohíbe el proxenetismo y ¡mirá qué vieja que es! La falla más importante de esta ley surge si se analizan los debates parlamentarios de esa época cuando se sancionó: es que no cuestiona la prostitución. Condena la explotación de la prostitución ajena, y lo que hay que cuestionar es la prostitución como tal. No acuerdo en que hay una prostitución libre y otra forzada. Desde el punto de vista sociológico diría que es una discusión falsa. Y volviendo a la pregunta de si es posible un mundo sin prostitución, hay indicios que alientan esa posibilidad. Recordemos por ejemplo la prohibición de los prostíbulos en la ciudad de Santa Rosa y otros municipios de La Pampa, a través de ordenanzas municipales, y la política de Suecia y Finlandia, Corea del Sur y otros países, que han penalizado todas las prácticas prostituyentes incluidos a quienes pagan por sexo. De modo que para responder si es posible un mundo sin prostitución, diría que es algo aún muy inaudible, es como un susurro, pero es posible. Si creemos que es posible va a ser posible. Hay que descreer de que la prostitución es un mal necesario o inevitable. Si descreemos esto empezamos a contribuir a que ese murmullo se haga más estridente.
Fuente: Laura Rosso para Página 12
Cañada en tiempos de cólera
A finales del s. XIX nuestro país sufrió epidemias desbastadoras que dejaron miles y miles de muerto. Cañada de Gómez no estuvo ajena a esa situación la primera de ellas fue la del verano de 1867-68 donde se vivieron horribles momentos donde fueron protagonistas los primeros habitantes de la Colonia.
En 1886 el flamante pueblo es atacado por el cólera que causó numerosas muertes, tan es así que Elías Bertóla publica en sus “Apuntes…” que el carro que utilizaba para la recolección de las basuras tuvo que empezar a levantar cadáveres por las calles los cuáles fueron enterrados en fosas comunes.
La Comisión de Fomento, presidida por Santiago Ríos, clausuró bares, casas de tolerancias y se construyó un lazareto.
Se realizaron reuniones populares en los galpones de los vecinos y la más popular fue la del día de Nochebuena cuando el Gobernador de la provincia, Gálvez, entregó víveres, medicamentos y con su presencia los cañadenses sintieron un poco de alivio ante tan tamaña tragedia.
El día 28 de diciembre el Presidente de la Comisión de Fomento (el intendente de entonces) remitió una carta a Manuel Moreno y cuya dirección según consta en el copiador de cartas que perteneció a la Comuna, fue a la casa particular del Presidente Miguel Juárez Celmann.
La correspondencia decía:
“Recibí tarjeta, precisamos dinero. Anoche ocho defunciones, cólera y tifus. Hay sesenta enfermos, aumentando manera alarmante. Gobernador Gálvez estuvo aquí seis horas acompañado Intendente Municipal Rosario, Inspector General Higiene Sr. Machani, dos médicos doce a quince personas más, dejando un médico a disposición pueblo. Visitó lazareto. Tenemos malas condiciones, falta recursos. Allanó dificultades teníamos entre comisiones dejando cosas su lugar. Dio a Comisión Fomento 800 pesos, 200 para Armstrong, trajo carpas, desinfectantes. Autorizó Comisión de Fomento crear impuestos extraordinarios, ofreciendo toda clase elementos así Intendente y Inspector Sr. Machani. Vamos construir esta semana espacioso lazareto madera. Pueblo decidido atacar epidemia nos diezma, ayúdenos con todos elementos a su alcance, mucha miseria. Nombraremos comisión hacendados para dar carne gratis.” (Comisión de Fomento de Cañada de Gómez, Libro Copiador de Cartas, Archivo Museo Histórico Municipal)
Pablo Di Tomaso
La UCR busca congelar otra vez la regulación de la medicina prepaga
En otro escollo a la aprobación de la ley que regularía al sector de la medicina prepaga, se suspendió ayer una reunión de la Comisión de Salud de Diputados donde se planeaba darle dictamen al proyecto que llegó en noviembre del año pasado desde el Senado.
La Comisión, que es presidida originalmente por el oficialista Antonio Morante, quedó ayer a cargo del radical Agustín Portela, vicepresidente del cuerpo, quien desde su lugar al frente del cuerpo, apareció como el responsable de clausurar el encuentro.
“La verdad, no sé por qué me apuntan a mí, yo no tomé la decisión. Además, no es que la reunión se suspendió, sino que no se convocó, lo que es muy diferente”, dijo el diputado radical por Corrientes a Tiempo Argentino.
Sin embargo, la información real señala que sí hubo una suspensión: “Nos llegó una nota a los despachos a última hora del lunes, diciendo que la reunión, pautada para ayer a las 13:30 horas, se suspendió, y no explicaron por qué ni quién lo había decidido”, dijo Eduardo Macaluse, legislador de Solidaridad e Igualdad. Esta negativa al encuentro no es menor: sin la reunión, se cayó la moción de preferencia para el tratamiento de la ley que había pedido Macaluse, quien ayer volvió a requerirla, o bien que se trate sobre tablas, cuestión que se definirá hoy en la reunión plenaria de la tarde.
Según distintas fuentes consultadas, Portela tiene un doble discurso, ya que en la reunión que se desarrolló la semana pasada, dijo ante los demás legisladores que “hay que tener cuidado con la ley de prepagas, porque puede desfinanciar a las empresas”.
Paradójicamente, ese es el discurso corporativo que los radicales tomaron para sí en las arduas sesiones de 2010 en el Senado. Sin embargo, para Portela la reunión de ayer no se llevó a cabo por cuestiones operativas.
“Nos estábamos acomodando, porque nos llegaron muchas leyes, como la de enfermería, y hay que respetar el orden”, señaló el legislador alfonsinista, y agregó que “hubo retrasos en el funcionamiento de la Comisión, ya que los asesores aún no definieron el tema prepagas”.
Además, y en una declaración que ya genera una fuerte polémica, Portela afirmó que “nosotros no tenemos los mismos tiempos que la prensa, trabajamos a nuestro ritmo y no entiendo el apresuramiento de algunos medios para que se aborde el tema”.
La sanción urgente sí tiene una razón de ser: hay en todo el país más de 4 millones de argentinos que se atienden en el sistema de salud privado y resisten continuas subas tarifarias y abusos en los planes. Además, de acuerdo a un informe de Claves Información Competitiva, en 2009 cinco empresas (Galeno, Swiss Medical, Medicus, Omint y OSDE) controlaban el 75% de la facturación total del sector. El aumento del 15% en las tarifas que el sector aplicó entre diciembre de 2010 y enero de 2011 fue la cuarta suba en los planes en menos de un año: en diciembre de 2009, las tarifas se incrementaron un 12%; en abril de 2010, subieron un 8%; y luego, un 15% en agosto. La ley de prepagas obtuvo una media sanción en forma unánime y tiempo récord en Diputados en el año 2008, luego estuvo dos años congelada en los cajones del Senado por el fuerte lobby de las empresas, y recién en noviembre de 2010 la Cámara Alta le dio la otra media sanción.
Sin embargo, como el Senado introdujo cambios al proyecto original, la norma volvió a la Cámara Baja para la sanción definitiva. Curiosamente, para el vicepresidente de la Comisión de Salud, todo ese tiempo transcurrido no fue suficiente: “Los asesores de la comisión no llegaron a concluir el análisis del proyecto para recomendar aceptar o rechazar las modificaciones que le hizo al proyecto el Senado”, apuntó Portela.
La presidencia quedó a cargo de Portela porque Morante se ausentó excusado en la gira de campaña que hace en el Chaco, su provincia natal, donde se candidatea a intendente de Roque Sáenz Peña, el segundo distrito más poblado de la provincia.
En este contexto, y a pesar de que el viaje había sido anunciado con una semana de antelación, un grupo de asociaciones de consumidores dejaron en claro ayer que Morante también es responsable directo de la demora en la reunión, para lo cual elaboran una nota que enviarán a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, para que ayude a que la ley salga rápido. “Confiamos en que Cristina va a entender nuestro pedido, y va a ser un respaldo importante, porque los diputados parece que estuvieran, más que pensando en la gente, atendiendo los requerimientos de las empresas”, dijo a Tiempo Pedro Busetti, titular de Deuco.
Mañana se armará el texto de la carta, y el viernes estará llegando al despacho de la presidenta.
En este contexto, Adela Segarra, diputada del Frente para la Victoria y miembro de la Comisión de Salud, explicó a este diario que “nuestra idea fue votarla tal como está para no perder más tiempo”, por lo cual “queremos que la ley salga cuanto antes”. De todas maneras, no es la primera vez que legisladores vinculados al radicalismo generan trabas para aprobar la ley. El año pasado, el titular de la Comisión de Salud del Senado, José Cano, de la UCR Tucumán, saltó a la fama cuando les pidió a sus asesores que modifiquen dos artículos de fondo en la ley, permitiendo que las empresas de medicina privada discriminen a pacientes con enfermedades preexistentes y aumenten libremente la tarifa a jubilados.
Tiempo Argentino
La Comisión, que es presidida originalmente por el oficialista Antonio Morante, quedó ayer a cargo del radical Agustín Portela, vicepresidente del cuerpo, quien desde su lugar al frente del cuerpo, apareció como el responsable de clausurar el encuentro.
“La verdad, no sé por qué me apuntan a mí, yo no tomé la decisión. Además, no es que la reunión se suspendió, sino que no se convocó, lo que es muy diferente”, dijo el diputado radical por Corrientes a Tiempo Argentino.
Sin embargo, la información real señala que sí hubo una suspensión: “Nos llegó una nota a los despachos a última hora del lunes, diciendo que la reunión, pautada para ayer a las 13:30 horas, se suspendió, y no explicaron por qué ni quién lo había decidido”, dijo Eduardo Macaluse, legislador de Solidaridad e Igualdad. Esta negativa al encuentro no es menor: sin la reunión, se cayó la moción de preferencia para el tratamiento de la ley que había pedido Macaluse, quien ayer volvió a requerirla, o bien que se trate sobre tablas, cuestión que se definirá hoy en la reunión plenaria de la tarde.
Según distintas fuentes consultadas, Portela tiene un doble discurso, ya que en la reunión que se desarrolló la semana pasada, dijo ante los demás legisladores que “hay que tener cuidado con la ley de prepagas, porque puede desfinanciar a las empresas”.
Paradójicamente, ese es el discurso corporativo que los radicales tomaron para sí en las arduas sesiones de 2010 en el Senado. Sin embargo, para Portela la reunión de ayer no se llevó a cabo por cuestiones operativas.
“Nos estábamos acomodando, porque nos llegaron muchas leyes, como la de enfermería, y hay que respetar el orden”, señaló el legislador alfonsinista, y agregó que “hubo retrasos en el funcionamiento de la Comisión, ya que los asesores aún no definieron el tema prepagas”.
Además, y en una declaración que ya genera una fuerte polémica, Portela afirmó que “nosotros no tenemos los mismos tiempos que la prensa, trabajamos a nuestro ritmo y no entiendo el apresuramiento de algunos medios para que se aborde el tema”.
La sanción urgente sí tiene una razón de ser: hay en todo el país más de 4 millones de argentinos que se atienden en el sistema de salud privado y resisten continuas subas tarifarias y abusos en los planes. Además, de acuerdo a un informe de Claves Información Competitiva, en 2009 cinco empresas (Galeno, Swiss Medical, Medicus, Omint y OSDE) controlaban el 75% de la facturación total del sector. El aumento del 15% en las tarifas que el sector aplicó entre diciembre de 2010 y enero de 2011 fue la cuarta suba en los planes en menos de un año: en diciembre de 2009, las tarifas se incrementaron un 12%; en abril de 2010, subieron un 8%; y luego, un 15% en agosto. La ley de prepagas obtuvo una media sanción en forma unánime y tiempo récord en Diputados en el año 2008, luego estuvo dos años congelada en los cajones del Senado por el fuerte lobby de las empresas, y recién en noviembre de 2010 la Cámara Alta le dio la otra media sanción.
Sin embargo, como el Senado introdujo cambios al proyecto original, la norma volvió a la Cámara Baja para la sanción definitiva. Curiosamente, para el vicepresidente de la Comisión de Salud, todo ese tiempo transcurrido no fue suficiente: “Los asesores de la comisión no llegaron a concluir el análisis del proyecto para recomendar aceptar o rechazar las modificaciones que le hizo al proyecto el Senado”, apuntó Portela.
La presidencia quedó a cargo de Portela porque Morante se ausentó excusado en la gira de campaña que hace en el Chaco, su provincia natal, donde se candidatea a intendente de Roque Sáenz Peña, el segundo distrito más poblado de la provincia.
En este contexto, y a pesar de que el viaje había sido anunciado con una semana de antelación, un grupo de asociaciones de consumidores dejaron en claro ayer que Morante también es responsable directo de la demora en la reunión, para lo cual elaboran una nota que enviarán a la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, para que ayude a que la ley salga rápido. “Confiamos en que Cristina va a entender nuestro pedido, y va a ser un respaldo importante, porque los diputados parece que estuvieran, más que pensando en la gente, atendiendo los requerimientos de las empresas”, dijo a Tiempo Pedro Busetti, titular de Deuco.
Mañana se armará el texto de la carta, y el viernes estará llegando al despacho de la presidenta.
En este contexto, Adela Segarra, diputada del Frente para la Victoria y miembro de la Comisión de Salud, explicó a este diario que “nuestra idea fue votarla tal como está para no perder más tiempo”, por lo cual “queremos que la ley salga cuanto antes”. De todas maneras, no es la primera vez que legisladores vinculados al radicalismo generan trabas para aprobar la ley. El año pasado, el titular de la Comisión de Salud del Senado, José Cano, de la UCR Tucumán, saltó a la fama cuando les pidió a sus asesores que modifiquen dos artículos de fondo en la ley, permitiendo que las empresas de medicina privada discriminen a pacientes con enfermedades preexistentes y aumenten libremente la tarifa a jubilados.
Tiempo Argentino
Una carta que confiesa el crimen que se cometía
Los análisis genéticos demostraron esta semana que María Pía Josefina Kerz es la hija de Cecilia Barral y Ricardo Klotzman, dos militantes desaparecidos el 2 de agosto de 1976, en Rosario. Ellos tenían 24 años. Y ella apenas cinco días, cuando un grupo de tareas la entregó a una familia de la ciudad de Santa Fe con un biberón, un kilo de leche en polvo y dos cartas. Una es la confesión del crimen de sus padres: "La niña proviene de una familia que ya no existe. Nadie la reclamará nunca, debido a que no está inscripta en ningún lado. Dios valorará lo que ustedes hagan por ella", dice la esquela que hoy revela Rosario/12. Era el 21 de agosto de 1976, sábado, casi a las nueve de la mañana, cuando un Ford Falcon verde clarito, estacionó frente a la casa de los Kerz, en Amenábar al 3.000, a cien metros de la Legislatura y a trescientos de la Casa Gris y el Palacio de Tribunales. A bordo, llegaron tres hombres jóvenes: uno de ellos bajó, entró al living sin golpear y dejó la recién nacida. "Esto es para usted", le dijo a la dueña de casa, Mirta Ovidi de Kerz, que estaba en la puerta, como esperando. Su marido, Serafín Kerz, había salido temprano. Afuera, otro de los individuos amenazó con un revólver al vecino de al lado, Francisco Caminos, y lo obligó a encerrase en su casa, aunque antes vio que arriba del auto también había armas largas. Caminos obedeció y los visitantes se fueron. A la semana, los Kerz lograron una guarda y al año siguiente, la adopción, por consejos de la secretaria del Juzgado de Menores de Santa Fe, Margarita Stella Mayoraz, con quien "tenían trato frecuente" y solían verse en la Catedral Metropolitana, después de misa. Antes de su fallecimiento, Mayoraz tuvo que declarar dos veces, en 2002 y 2004, en otra causa por sustracción de identidad de otra menor, hija de desaparecidos, donde le preguntaron si el Juzgado de Menores había investigado el origen de María Pía. Y ella soltó su confesión: "No, nunca lo investigamos", dijo. (Ver aparte)
Media hora después de que le dejaron la nena, la señora de Kerz llamó a la Policía. Desde la Seccional Primera, enviaron dos oficiales, Jorge Abero y José González. Abero es el mismo que después operó en el Servicio de Inteligencia (el tristemente célebre D 2), según denunció el año pasado la organización Hijos.
La señora de Kerz les contó entonces lo que había pasado. Recordaba bien la hora: "Eran aproximadamente las 8.50", relató. Ella "se encontraba en la puerta principal" cuando ingresó a su casa "un hombre joven, de estatura regular", "quien dejó sobre el piso del living una criatura de corta edad, le entregó un sobre cerrado y una hoja de papel blanco, escrita a máquina y le dijo: "Esto es para usted"". Y se fue tan rápido cómo había llegado.
El vecino de al lado, Francisco Caminos, testigo de la escena, aportó otros datos. Dijo que el "autor del hecho" "como llamó a quien entregó la nena "llegó al lugar acompañado por otros dos hombres", que lo esperaron "en el interior de un automóvil Ford Falcon, color claro". La policía anotició entonces al juez de Instrucción en turno, Angel Rafael D`Andrea, pariente del entonces subsecretario de Justicia de la provincia, Víctor D`Andrea.
A las 10 de la mañana, por orden del juez D"Andrea, la nena ya estaba en el hospital de Niños, donde la revisaron tres médicos, entre ellos el jefe de residentes, Juan Carlos Beltramino y dos enfermeras. Los cinco tuvieron que firmar un acta, según consta en el legajo "NN s/abandono" del Juzgado de Menores (Nº 20.206). La carátula es otra metáfora santafesina: la beba tenía nombre y padres que no la abandonaron.
Según la señora de Kerz, ella no abrió el sobre que le dejaron con María Pía. Lo abrió uno de los policías. Adentro, había otro sobre cerrado dirigido también a ella y a su marido. Y una esquela con indicaciones, que podría haber escrito el médico que atendió el parto de Cecilia Barral: "Señor Kerz y señora: (La beba) nació con unos días de retraso y como consecuencia, sufre un proceso de deshidratación, que aunque no es grave, (debe) tenerse muy en cuenta. Para ello, además del alimento S 26 cada cuatro horas en una cantidad de 40 a 60 gramos (por ahora), debe tomar té con azúcar. Esto es una indicación para lo inmediato (escrito todo con mayúscula). Luego, el médico será el encargado de determinar su dieta".
A las cuarenta y ocho horas, la Policía clausuró las actuaciones por pedido del Ejército. El jefe del Area 212 era entonces el coronel José María González, pero al expediente de María Pía lo reclamó su segundo, teniente coronel Adolfo Alvarez, quien era el jefe de la plana mayor y jefe del Comando de Operaciones Tácticas (COT), al mando de los grupos de tareas. Alvarez murió impune, imputado por decenas de secuestros, desapariciones y homicidios.
El miércoles 25, el Ejército devolvió el expediente a la Seccional Primera y al día siguiente quedó en manos de la jueza de Menores de Santa Fe, Nelly Ruth Casañas de Puccinelli, quien había sido confirmada en su cargo por la dictadura un mes antes (el 29 de julio de 1976, decreto 2087). La secretaria social era la abogada Margarita Stella Mayoraz.
El viernes 27, la jueza llamó a declarar a la señora de Kerz, quien repitió el relato que había hecho a los policías la misma mañana del sábado 21, pero con algunas variantes. Ya no dijo que "se encontraba en la puerta principal", sino en el interior de su casa, cuando escuchó "ruidos en la sala", fue a ver qué pasaba y se encontró con el hombre que dejó la nena, "un tarro de leche S26, un biberón y un sobre grande". Ante una pregunta, Kerz repitió que le había dicho Caminos, que en estaba en la vereda. Y vio que eran tres hombres que se movilizaba en "un Ford Falcon color verde claro", que "había sido intimidado desde el coche para que entrara a su casa" y "amenazado con armas de fuego de corto alcance" y también "pudo ver en el interior del vehículo, armas largas".
La señora de Kerz dijo que uno de los policías abrió el sobre grande en su casa, donde se enteró de la dieta y las indicaciones médicas para cuidar a María Pía, pero ignoraba el contenido del sobre más pequeño hasta que llegó al Juzgado. La segunda carta también está dirigida a ellos: "Ingeniero Kerz y señora": "(") dejando esa niña en su casa, se arbitrarán las medidas necesarias para que sea bautizada e instruida debidamente", dice la esquela. "(No soy) nadie para (im)pedir que ustedes se hagan cargo personalmente, ni tampoco es mi intención, pero por (favor) no la manden a una casa cuna, de donde puede retirarla cualquiera, que puede o no darle una educación cristiana conveniente. (La niña) proviene de una familia que ya no existe. Nadie la reclamará nunca, debido a que no está inscripta en ningún lado. Dios valorará lo que ustedes hagan por ella".
El mismo día, la jueza Casañas de Puccinelli entregó la recién nacida en guarda a los Kerz, y el 15 de setiembre, las dos cartas originales para "completar la documentación que se le hará conocer a la niña en el momento oportuno". A los dos meses, el 11 de octubre, cuando Caminos tuvo que declarar ante la jueza ya no se acordaba de casi nada, que no había visto "ninguna anormalidad" en el grupo que trasladó la niña y si uno le hizo "seña con un revolver para que entrara a su casa", lo interpretó como que eran "muchachos jóvenes exhibiendo inconcientemente un arma de fuego".
Rosario 12
Media hora después de que le dejaron la nena, la señora de Kerz llamó a la Policía. Desde la Seccional Primera, enviaron dos oficiales, Jorge Abero y José González. Abero es el mismo que después operó en el Servicio de Inteligencia (el tristemente célebre D 2), según denunció el año pasado la organización Hijos.
La señora de Kerz les contó entonces lo que había pasado. Recordaba bien la hora: "Eran aproximadamente las 8.50", relató. Ella "se encontraba en la puerta principal" cuando ingresó a su casa "un hombre joven, de estatura regular", "quien dejó sobre el piso del living una criatura de corta edad, le entregó un sobre cerrado y una hoja de papel blanco, escrita a máquina y le dijo: "Esto es para usted"". Y se fue tan rápido cómo había llegado.
El vecino de al lado, Francisco Caminos, testigo de la escena, aportó otros datos. Dijo que el "autor del hecho" "como llamó a quien entregó la nena "llegó al lugar acompañado por otros dos hombres", que lo esperaron "en el interior de un automóvil Ford Falcon, color claro". La policía anotició entonces al juez de Instrucción en turno, Angel Rafael D`Andrea, pariente del entonces subsecretario de Justicia de la provincia, Víctor D`Andrea.
A las 10 de la mañana, por orden del juez D"Andrea, la nena ya estaba en el hospital de Niños, donde la revisaron tres médicos, entre ellos el jefe de residentes, Juan Carlos Beltramino y dos enfermeras. Los cinco tuvieron que firmar un acta, según consta en el legajo "NN s/abandono" del Juzgado de Menores (Nº 20.206). La carátula es otra metáfora santafesina: la beba tenía nombre y padres que no la abandonaron.
Según la señora de Kerz, ella no abrió el sobre que le dejaron con María Pía. Lo abrió uno de los policías. Adentro, había otro sobre cerrado dirigido también a ella y a su marido. Y una esquela con indicaciones, que podría haber escrito el médico que atendió el parto de Cecilia Barral: "Señor Kerz y señora: (La beba) nació con unos días de retraso y como consecuencia, sufre un proceso de deshidratación, que aunque no es grave, (debe) tenerse muy en cuenta. Para ello, además del alimento S 26 cada cuatro horas en una cantidad de 40 a 60 gramos (por ahora), debe tomar té con azúcar. Esto es una indicación para lo inmediato (escrito todo con mayúscula). Luego, el médico será el encargado de determinar su dieta".
A las cuarenta y ocho horas, la Policía clausuró las actuaciones por pedido del Ejército. El jefe del Area 212 era entonces el coronel José María González, pero al expediente de María Pía lo reclamó su segundo, teniente coronel Adolfo Alvarez, quien era el jefe de la plana mayor y jefe del Comando de Operaciones Tácticas (COT), al mando de los grupos de tareas. Alvarez murió impune, imputado por decenas de secuestros, desapariciones y homicidios.
El miércoles 25, el Ejército devolvió el expediente a la Seccional Primera y al día siguiente quedó en manos de la jueza de Menores de Santa Fe, Nelly Ruth Casañas de Puccinelli, quien había sido confirmada en su cargo por la dictadura un mes antes (el 29 de julio de 1976, decreto 2087). La secretaria social era la abogada Margarita Stella Mayoraz.
El viernes 27, la jueza llamó a declarar a la señora de Kerz, quien repitió el relato que había hecho a los policías la misma mañana del sábado 21, pero con algunas variantes. Ya no dijo que "se encontraba en la puerta principal", sino en el interior de su casa, cuando escuchó "ruidos en la sala", fue a ver qué pasaba y se encontró con el hombre que dejó la nena, "un tarro de leche S26, un biberón y un sobre grande". Ante una pregunta, Kerz repitió que le había dicho Caminos, que en estaba en la vereda. Y vio que eran tres hombres que se movilizaba en "un Ford Falcon color verde claro", que "había sido intimidado desde el coche para que entrara a su casa" y "amenazado con armas de fuego de corto alcance" y también "pudo ver en el interior del vehículo, armas largas".
La señora de Kerz dijo que uno de los policías abrió el sobre grande en su casa, donde se enteró de la dieta y las indicaciones médicas para cuidar a María Pía, pero ignoraba el contenido del sobre más pequeño hasta que llegó al Juzgado. La segunda carta también está dirigida a ellos: "Ingeniero Kerz y señora": "(") dejando esa niña en su casa, se arbitrarán las medidas necesarias para que sea bautizada e instruida debidamente", dice la esquela. "(No soy) nadie para (im)pedir que ustedes se hagan cargo personalmente, ni tampoco es mi intención, pero por (favor) no la manden a una casa cuna, de donde puede retirarla cualquiera, que puede o no darle una educación cristiana conveniente. (La niña) proviene de una familia que ya no existe. Nadie la reclamará nunca, debido a que no está inscripta en ningún lado. Dios valorará lo que ustedes hagan por ella".
El mismo día, la jueza Casañas de Puccinelli entregó la recién nacida en guarda a los Kerz, y el 15 de setiembre, las dos cartas originales para "completar la documentación que se le hará conocer a la niña en el momento oportuno". A los dos meses, el 11 de octubre, cuando Caminos tuvo que declarar ante la jueza ya no se acordaba de casi nada, que no había visto "ninguna anormalidad" en el grupo que trasladó la niña y si uno le hizo "seña con un revolver para que entrara a su casa", lo interpretó como que eran "muchachos jóvenes exhibiendo inconcientemente un arma de fuego".
Rosario 12
¿Quién cuida a la democracia de los que la cuidan?
Y además agrego que ya mismo hay que salir a socorrer de su cautiverio a gran parte de los legisladores sometidos a una prosternación que cada día les roe el ya escaso soporte de dignidad que les queda. Clarín no los va a liberar así nomás; las corporaciones menos. Se les plantea un dilema irresoluble: si son democráticos pierden; como antidemocráticos al menos van a seguir atendidos por sus dueños.
Ricardo Alfonsín, Mauricio Macri, Ernesto Sanz, Elisa Carrió , Eduardo Duhalde y Felipe
Solá y una saga de opositores al Gobierno, firmaron ese indecoroso y antidemocrático documento que anuncia desde mismo dentro del Congreso: “Cuidar la democracia es el imperativo de la hora y lo vamos a hacer". Cínicos. ¿Cuidarla de qué peligro? Si son ellos el peligro.
Atrevidos componen un oximóron de demócratas antidemocráticos; de representantes o líderes del pueblo que lo vulneran y le mienten.
Permítanme caer en el lugar común de citar la fábula del zorro puesto a cuidar el gallinero.
No son precisamente las gallinas las que se comen al zorro. Pero el zorro mañoso y feroz es capaz de pintarse de bambi y hacerles creer que él las protege. Solo a un gallinero de gallinas estúpidas puede engañarlas el disfraz. Y solo a un zorro aún más estúpido se le puede ocurrir que no huele a zorro por más que se perfume de cervatillo.
Los que ruegan que hay que cuidar la democracia son los que por dentro la sospechan.
Porque como la democracia es número, pasión y clima de época, los está desplazando hacia el sumidero. Todos los sondeos de opinión muestran cómo cada día que pasa el sumidero queda chico ante tanto caudal de fracasados. Algunos, que se resistieron a gatas a firmar, bracean desesperados ante el remolino pero no basta flotar para salvarse.
El clima de época, en las urnas se pronostica torrencial. Por eso habría que lanzar una campaña generosa para liberar a los opositores del cautiverio. Y si no quieren liberarse porque están confundidos y aman a sus apropiadores como si no los hubieran engañado, al menos hay que dejarse de hipocresías y tratarlos como cautivos voluntarios.
Van a cuidar la democracia. ¿De quiénes? ¿De ellos mismos, los firmantes del documento del zorro? Si se dejan llevar por las ganas compartirían el Estado con Clarín. Y ampliarían el fraude de Chubut en toda la Argentina.
Diario Registrado
Las Abuelas de Plaza de Mayo recuperaron al nieto 103
La hija de una pareja de militantes del ERP desaparecidos en Rosario durante la última dictadura fue identificada ayer a través de un examen realizado por el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), ordenado por el juez federal Nº 4 Marcelo Bailaque.
Se trata de la hija de Cecilia Beatriz Barral, secuestrada en agosto de 1976 cuando cursaba un embarazo a término. Gracias a la infatigable tarea de su hermana Ana, María tiene desde hoy su nueva identidad.
El caso tiene un parangón con el de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, ya que la joven no aceptaba hacerse un análisis de ADN, hasta que la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario lo ordenó. El juez Bailaque informó ayer a las partes del resultado, informó el diario Página 12.
María estaba en el vientre de su madre, Cecilia, el 2 de agosto de 1976, cuando junto a su pareja fue secuestrada de la vivienda de Necochea 2050 en un operativo clandestino llevado adelante por el Destacamento de Inteligencia 121, en el que otras dos personas también fueron detenidas ilegalmente y otra fue asesinada.
Se trata de la hija de Cecilia Beatriz Barral, secuestrada en agosto de 1976 cuando cursaba un embarazo a término. Gracias a la infatigable tarea de su hermana Ana, María tiene desde hoy su nueva identidad.
El caso tiene un parangón con el de los hijos de Ernestina Herrera de Noble, ya que la joven no aceptaba hacerse un análisis de ADN, hasta que la Cámara Federal de Apelaciones de Rosario lo ordenó. El juez Bailaque informó ayer a las partes del resultado, informó el diario Página 12.
María estaba en el vientre de su madre, Cecilia, el 2 de agosto de 1976, cuando junto a su pareja fue secuestrada de la vivienda de Necochea 2050 en un operativo clandestino llevado adelante por el Destacamento de Inteligencia 121, en el que otras dos personas también fueron detenidas ilegalmente y otra fue asesinada.
Tiempo Argentino
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