INHUMACIÓN DE CADÁVERES
El cementerio local se
encuentra ubicado en el límite sudoeste de la ciudad, a bastante distancia del
centro de la misma. Este hecho, que se repite, y aun con mayor intensidad, en
casi todas las poblaciones es debido a que en los lejanos tiempos en que fueron
habilitados existía, en médicos y profanos, el temor del contagio por acción de
los cadáveres y por ello se trataba de ubicar los cementerios a la mayor
distancia posible.
El de nuestra ciudad está
ubicado en un terreno de 30.240 metros cuadrados de superficie; su mayor
extensión es de norte a sur con 252 metros, mientras que de este a oeste sus
dimensiones son de 120 metros. Este terreno fue donado a la comuna, casi al
iniciar se la formación del pueblo, por uno de los primeros vecinos.
Cabe decir que, desde el punto
de vista higiénico, está bien ubicado ya que ha sido instalado en un terreno
alto donde la primera napa está a buena profundidad y la constitución geológica
del suelo es apropiada.
Ha sido defendido de los
vientos por nutridas plantaciones de árboles y su aspecto, desde el punto de
vista estético, es de una simetría y seriedad realmente ponderables.
El sistema preferido de
inhumaciones es en la tierra, donde como podrá apreciarse en las fotografías
que van a continuación se ha seguido un criterio de uniformidad y alineación
que, nos parece es muy adecuado. También existen varias secciones de nichos y
un buen número de panteones de diversas categorías. Anexo hay un pequeño local
de sirve de morgue.
El número de inhumaciones, en
los últimos diez años, es de aproximadamente ciento cincuenta por año.
CAPITULO
VI:
Limpieza
de la ciudad.
Alumbrado público.
Molestias sanitarias:
olores, polvos, suciedad general, vaciaderos, moscas, mosquito, otros insectos,
establos, pocilgas, ruidos innecesarios.
El problema higiénico de
la presencia de roedores.
Un problema higiénico:
el arroyo Cañada de Gómez
LIMPIEZA
DE LA CIUDAD
Se ha caracterizado siempre la
ciudad de Cañada de Gómez por el cuidado que se ha tenido por su limpieza,
circunstancia que se ha hecho mucho más llamativa a partir del año 1941 en que
se procedió a la pavimentación de buena parte de su planta urbana. El que llega
por primera vez a ella se sorprende de inmediato por no ver papeles ni
desperdicios en las calzadas, siendo también muy característico el prolijo celo
que se tiene por sus plazas, muy especialmente la General San Martin que se
destaca por el buen gusto de su trazado y el estado de su mantenimiento.
Esta limpieza se ve muy
favorecida por el fuerte declive hacia el sud que, a la menos precipitación
pluvial, lava la ciudad arrastrando todo el material hacia el arroyo.
Antes de la pavimentación se
hacia la limpieza a mano con escobillones, a cargo de un pequeño equipo que en
1902 constaba de un capataz y
cuatro peones, cobrando estos últimos un
sueldo mensual que oscilaba entre 35 y 40 pesos.
Es curioso el hecho de que en
septiembre de 1902 figura en los libros municipales, la siguiente partida: “A
pesos por arreglo de calles $23.26”.
En el año 1915, se agrega para
la limpieza un equipo de cuatro regadores con una asignación de $50.- cada uno.
A partir de 1941, ya con
pavimentos, se incrementa el interés por el barrido, limpieza y arreglo de
calles, aumentando notablemente el rubro correspondiente del presupuesto.
En la actualidad el servicio se
cumple con un equipo compuesto de 336 personas así distribuidas: 1 encargado
conservación de calles, 1 capataz de peones, 1 peón conservación de pavimentos,
5 regadores, 1 conductor barredora, 4
basureros, 4 ayudantes de basureros, 15 barredores.-
La limpieza se hace con una
barredora automóvil recientemente adquirida y, además a mano con (…)
La recolección de los residuos
de la calzada, con carros pequeños de dos ruedas. El riego por medio de cuatro
tanques regadores automóviles.
Cabe agregar que la
Municipalidad, en su maestranza, tiene una fábrica muy bien instalada, donde se
elaboran escobillones, escobas y todos los demás utensilios requeridos para la
limpieza como asimismo los artículos de talabartería para los medios de
locomoción.
Hay, además, algún personal,
afectado exclusivamente al cuidado y conservación de las calles no
pavimentadas, cuyos jornales representan un monto anual de $ 100,000.
Parece de algún interés ver
cómo ha evolucionado el presupuesto municipal en lo que a limpieza, riesgo y
conservación de calles se refiere. En el año 1902 todas estas tareas insumían
anualmente la suma de $ 2.933.30. En 1905 se eleva a $4.650; en 1908 a $6.900 y
en 1915, al agregarse el servicio de riego a $ 9.300.
El último año en pavimento se
gastaron $ 27.840 y el primero con este beneficio (1942) se elevó a $ 37.920. el presupuesto de
1952 fue de $ 286.846, solamente en este rubro y el del año actual 1953, de $
325.240.